A la chingada con los comités (yo creo en los lunáticos)

Tibor Kalman - El perverso optimista Por azares del destino fui a dar a una anotación del blog que se había perdido, afortunadamente pude recuperarla de un respaldo de la base de datos. Es sobre un texto de Tibor Kalman, titulado “Fuck Comittees (I believe in lunatics)”. Kalman siempre se considero a si mismo como un intruso dentro del diseño “profesional”, así llamado peyorativamente. Pugnaba porque los diseñadores tuvieran mayor responsabilidad en la manera en que su trabajo afecta la cultura de su entorno.

Para ubicarlo mejor, este “radical” de diseño fue editor en jefe de la revista Colors. Sin una educación formal en el diseño, fue exitoso en un gran numero de disciplinas. Sus innovadoras ideas acerca de que la sociedad y el arte cambio la manera en que una generación de diseñadores y sus clientes concebían el mundo.

Sin más preámbulo, el texto de marras, que describe la situación actual del diseño y otras diciplinas afines:

“A la chingada con los comités (yo creo en los lunáticos)
Esto es acerca de la lucha entre individuos con una pasión desgarradora en su trabajo y los comités corporativos sin cara de hoy en día, que afirman entender las necesidades del público en masa, y están removiendo las idiosincrasias, puliendo las aristas, creando una masa cultural sin pensamientos, sin pasión, que no será odiada, ni amada por nadie.
Para el día de hoy virtualmente todos los medios, la arquitectura, los productos y el diseño gráfico habrán sido relegados a un rol de servidumbre corporativa, llevando a cabo estrategias corporativas e incrementando su valor en la bolsa. Los creativos hoy en día trabajan para el costo beneficio.

Los periodistas de revistas han perdido su independencia editorial y trabajan para comités de editores (que trabajan para comités de anunciantes). Los guiones de Televisión son vetados por productores, publicistas, anunciantes, abogados, especialistas en investigación de mercados, capas y capas de ejecutivos que determinan si esos guiones son lo suficientemente tontos para entretener a lo que ellos llaman el “mínimo común denominador”. Los estudios de cine proyectan sus películas en focus groups para determinar si un final agrada o no a su público objetivo. Todos los carros se ven igual, las decisiones arquitectónicas son tomadas por contadores, los anuncios son estúpidos, el teatro esta muerto.

Las corporaciones se han convertido en los únicos árbitros de las ideas, la cultura y los gustos en Estados Unidos. Nuestra cultura es una cultura corporativa.

La cultura era lo contrario al comercio, no un manera rápida de entregar un valor derivado del “contenido”. No hace mucho los capitanes de la industria (ningunos ángeles en la manera de cómo adquirieron su fortuna) pensaban que parte de su responsabilidad era usar sus millones para apoyar la cultura, Carnegie construyo bibliotecas, Rockefeller construyo museos de arte, Ford su fundación global. ¿Qué obtenemos de nuestros millonarios? ¿Gates? ¿Eisner? O ¿Redstone? Argumentos de venta, correo basura, mientras tanto, los creativos ven su trabajo reducido a “contenido” o “propiedad intelectual” las revistas y el cine se han convertido en sistemas de reparto para promoción de productos.

Pero para ser justos, lo de arriba es verdad solamente un 99%.

Ofrezco una modesta solución: encuentren las grietas en la pared. Hay algunos… muy pocos empresarios lunáticos, quienes podrán entender que la cultura y el diseño no son acerca de billeteras más gordas, sino acerca de crear un futuro. Entenderán que la riqueza es un medio no un fin. Que bajo otras circunstancias ellos podrían haber sido como tú… lunáticos creativos. Créanme ahí están y cuando los halles, trátalos bien y usa su dinero para cambiar el mundo.”

Tibor Kalman
Nueva York Junio 1998

La traducción original la había sacado de Una gota de miel, blog ahora extinto, pero tiene su contraparte en Veneno Visual, del mismo autor:

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