A pesar de ser este un espacio reservado al diseño, es inevitable en ocasiones tocar ciertos temas. En este caso hablare del proceso de desafuero en contra del jefe de gobierno del Distrito Federal.
He leído críticas muy severas en contra de Andrés Manuel López Obrador, sin duda este tema tiene polarizado la vida política de nuestro país y es tema de acaloradas pláticas casi en cualquier lugar.
En estos últimos días hemos visto emerger un fenómeno curioso de defensa a este respecto. El proceso desafuero es percibido en general como un acto arbitrario e ilegal, para privar de sus derechos políticos al jefe de gobierno capitalino, para así quitarle la posibilidad de contender en las elecciones presidenciales del 2006.
La Cd. de México puede verse tapizada de anuncios en puentes peatonales, bardas, automóviles, pendones, etc. Hasta los comerciantes informales están vendiendo distintos souvenir en apoyo a AMLO. A este fenómeno ya se le conoce como la pejemania.
Resulta muy corto de visión descalificar a priori como muchos lo hacen. El asunto tiene su complejidad y resulta harto elocuente que sectores que normalmente no comulgan con la política de Andrés Manuel salgan a defender no al gobernante, sino al hecho mismo del desafuero.
El Rector de la UNAM se ha manifestado en contra, el clero también. El mismo sub comandante Marcos, que desde hace años no comulga con las deas políticas de AMLO, ha escrito en algún comunicado que no esta a favor de AMLO, sino en contra del desafuero. La misma Asociación Mexicana de bancos en su ultima convención afirmaron que no les resultaba ética, valida ni prudente la idea de anular por esta vía a Andrés Manuel.
En este tenor, se manifestó John Ackerman afamado constitucionalista de la Universidad de Yale. En un artículo aparecido el viernes en el New York Times el Dr. Ackerman comienza su artículo con esta palabras:
“Quizás no todo el mundo lo sepa, pero en México esta aprueba la incipiente democracia. El alcalde de la ciudad de México, que encabeza las encuestas con más de 15 puntos de ventaja, esta a punto de ser sometido a un proceso de desacato, acusado bajo un criterio que, si fuera cierto, provocaría que todos los alcaldes del mundo tuvieran que enfrentar 100 juicios penales al día.