Jordi Llovet, en su libro, Ideología y Metodología del diseño comenta que la obra, Why not sneeze Rrose Sélavy?, que en 1921 Marcel Duchamp realizó, cuestionaba al espectador acerca de su posición en la paradoja, Utilidad VS Ornamentación en los objetos.
Otl Aicher, tiene entre otros un libro que lleva el nombre de “Gehen in der Wüste” (andar en el desierto, ex-libris, Zurcích, 1982) donde relata sus viajes a pie por los desiertos del norte de África. Yves Zimmermann, en el libro “Del diseño” comenta que Aicher debió experimentar en sus viajes fuertes reflexiones sobre la función y la forma de los objetos. Los zapatos, la ropa, los materiales, la protección, el comer y el beber, se sometieron a un examen de función y apariencia, porque a partir de la eficacia de cada objeto dependía su vida.
Quizás a partir de su experiencia en los desiertos de África,
Otl Aicher, como en una republica, proclamaba diversas políticas para si, como estas:
• Rehabilitación de lo concreto cuyo valor se da a partir de su uso y no a partir de un concepto superior, lo general o lo ideal.
• Materia transformada en servicio.
Con un tono de ironía Aicher, define el diseño como: la producción de cosas bellas, de creaciones estéticas, la amplitud del concepto “buena forma” es grande tanto en lo que concierne a los productos como a la motivación de aquello que puede valer como estético.
Y define al diseñador como: El peluquero cultural que aplica los estilos del arte y el gusto del momento también a los productos cotidianos, elevado sin duda su uso mercantil pero también promoviendo el desgaste estético, cosa con la que sueña todo aquel que piensa en términos de rentabilidad.
¿Hasta donde Aicher, este agudo filósofo del diseño tendrá razón?
¿Quién no ha escuchado por ahí, la lamentable sugerencia de algún cliente?; “oye porque no le metes mas diseño a la tipografía” y uno piensa ¿que diablos quiere decir con eso? Después de largas sesiones de compatibilidad en la alfabetividad visual entre cliente- diseñador, se entiende que el cliente quiere que el texto de la cabecera de su documento se adorne con una sombrita, una fotito y con un característico relieve pseudo-tridimensional, y como cereza del pastel, su página Web debe ser precedida de una animación tridimensional comúnmente prefabricada en Flash o herramientas similares, con el inconveniente de la espera en la precarga para acceder a la información.
Dicen por ahí que el cliente siempre tiene la razón. O mejor dicho por algunos colegas diseñadores: El cliente siempre pierde la razón.
Quizás en nuestro trabajo como diseñadores nos haga falta la responsabilidad de guardar vidas como en el caso de las caminatas de Aicher, por los desiertos de África.
O quizás nuestra explicación al cliente de la jerarquía entre función y forma como herramienta pro imagen de empresa, pro facilidad de acceso a la información, pro más audiencia y por consiguiente pro venta, sea ineficiente.
Con todo lo anterior no quiero decir que yo sea un diseñador mas ingenieril (si existe la palabra) que expresivo, existen ejemplos donde el diseño no tiene un papel protagonista, simplemente es una herramienta en el acceso de información.
Diseño en la lengua inglesa, significa, proyecto o desarrollo de un nuevo objeto.
Diseño en Alemán se relaciona con el concepto de Gestaltung, que se refiere más que a la técnica de un objeto, a su conformación.
Si nos obligáramos a definir el diseño real, por lo menos el diseño que se hace en México, (no puedo hablar por otros países), cual sería la respuesta a la cuestión: ¿Que es diseño?