En 2024, los usuarios de dispositivos móviles en Estados Unidos enfrentarán retos significativos en términos de seguridad de datos, especialmente con el aumento de los pagos en línea. La adopción de tecnologías como las criptomonedas se ha intensificado en diversas plataformas, no solo por la privacidad que ofrece, sino también por la seguridad añadida debido a su naturaleza descentralizada.
Esta característica es crucial en sectores como el comercio electrónico y el entretenimiento online, donde se requiere proteger la información personal de los usuarios. Las criptomonedas, al no necesitar datos personales significativos para las transacciones, minimizan los riesgos asociados al robo de identidad y fraudes financieros, proporcionando una capa adicional de seguridad en un ambiente cada vez más digitalizado y conectado.
Además, al operar sobre la tecnología blockchain, ofrecen una estructura de datos que es prácticamente inmune a los ataques de falsificación y alteración, proporcionando así un nivel de seguridad que los métodos de pago tradicionales difícilmente pueden igualar. Esta capacidad ha llevado a su adopción a plataformas de juegos en línea como las que se encuentran en mejores casinos Bitcoin para estadounidenses, donde la seguridad es uno de sus objetivos principales debido a la cantidad de información personal y bancaria que disponen en su servidor. Pero también en aplicaciones de comercio minorista y servicios financieros, donde la protección de los datos móviles es primordial.
Sin embargo, a pesar de estas ventajas, el panorama de seguridad de datos móviles está lejos de ser completamente seguro. Los expertos en ciberseguridad advierten sobre la necesidad de adoptar métricas orientadas a resultados para evaluar y mejorar las estrategias de protección de datos. Además, las aplicaciones de pagos móviles están experimentando un crecimiento exponencial, proyectándose que alcancen aproximadamente 929.8 mil millones de dólares en transacciones solo en 2024.
La implementación de programas de comportamiento y cultura de seguridad también está ganando tracción, intentando minimizar los riesgos de seguridad asociados con el comportamiento humano en las organizaciones. Estos programas enfatizan la importancia de diseñar controles de seguridad que fomenten el cambio de comportamiento y mejoren la adopción de prácticas seguras.
Por lo tanto, aunque las criptomonedas ofrecen nuevas oportunidades para la seguridad y privacidad en línea, los usuarios deben permanecer vigilantes y estar al tanto de las prácticas de seguridad, regulaciones y desarrollos tecnológicos que pueden impactar su experiencia en línea y la protección de sus datos personales.
La aplicación de tecnologías avanzadas, como el uso generalizado de la inteligencia artificial (IA) y la automatización, está transformando las operaciones de seguridad en los dispositivos móviles. Según Gartner, la evolución de la IA en seguridad muestra un prometedor futuro, aunque actualmente se encuentra en sus etapas iniciales. La IA se está integrando en la operación de las aplicaciones móviles y de seguridad para analizar grandes volúmenes de datos y detectar patrones de comportamiento anómalos.
Además, el manejo de la exposición a amenazas en tiempo real es fundamental. El modelo de gestión continua de la exposición a amenazas (CTEM, por sus siglas en inglés) permite a las organizaciones evaluar constantemente la accesibilidad y la explotabilidad de sus activos digitales y físicos. Para 2026, se espera que las organizaciones que prioricen sus inversiones en seguridad basadas en programas CTEM experimenten una reducción de dos tercios en las brechas de seguridad.
Otro aspecto importante es la gestión del riesgo de ciberseguridad asociado con terceros. Las empresas están empezando a reforzar sus planes de contingencia y estrategias de gestión de incidentes específicas para sus socios externos más importantes, con el objetivo de proteger sus activos más valiosos de manera continua.
A nivel regulatorio, los cambios son constantes y significativos. Se prevé un incremento en la regulación de las criptomonedas para combatir el fraude en línea, el lavado de dinero y otros riesgos de ciberseguridad, al tiempo que se promueve un entorno de innovación saludable.