Hace días escribía un post comentando el hecho de que el empresario mexicano Carlos Slim es ya la persona con más dinero en este planeta. Pues bien, leyendo el blog de Martín Varsavsky me encontré una nota que sintetiza muy bien dos de las desgracias de los mexicanos; uno, algo que es bien sabido por todos nosotros: La pésima distribución de la riqueza y segundo, la capacidad de Carlos Slim para alcanzar con Telmex un nivel monopólico que nos causa un perjuicio a a los consumidores mexicanos.
Otro punto destacado y doloroso del artículo de Varsavsky es que mientras Gates hizo su fortuna en un mercado global y con leyes que continuamente controlan sus decisiones empresariales, Slim lo hizo “puertas adentro” en épocas en que al economía mexicana vivía turbulencias internas y con un gobierno corrupto y complaciente que no hizo nada por detener su monopolio en el área de telecomunicaciones por decir lo menos, porque a estas alturas ya casi es dueño de todo.
¿Me pregunto a estas alturas quién va a ser el guapo que le diga algo al señor más rico del mundo?
¿Cómo es posible que este país tenga tanto y se reparta en tan pocos? Sin duda la