Me pregunto si estas provocadoras playeras con camuflaje estilo militar y adornadas con imágenes religiosas pudieran inscribirse dentro de la polémica que recientemente hubo en México a propósito del vestido de la representante de México en un certamen de belleza.
Para los no enterados, la concursante mexicana iba a portar un vestido inspirado en imágenes de la Guerra Cristera, lamentable y triste episodio de nuestra historia y que retrata un conflicto entre la iglesia y el estado mexicano. Se dice que en estos enfrentamientos murieron más de 250 mil personas.
El vestido de marras era un traje de dos piezas: un corpiño negro y una falda de amplio vuelo, en la cual una imagen de la Virgen de Guadalupe ocupaba la parte frontal, y en el resto de la tela podía verse a rebeldes católicos ahorcados. El modelito se complementaba con rosarios, escapularios, un gran crucifijo como collar, un sombrero de ala ancha y una gran cartuchera.
La Guerra Cristera es un episodio de la historia Mexicana, no muy conocido debido a que de no lo enseñan en las escuelas, pareciera que nunca sucedió, nos brincamos de la Revolución a la vida moderna de México.
De manera muy general la guerra cristera tiene sus orígenes en la dureza de las leyes mexicanas en torno al clero, las iglesias no podían tener bienes raíces, no tenían personalidad jurídica, obligaba a los ministros de culto a casarse para poder oficiar, no podían votar, etc.
Como todos ustedes deben de saber, en 1992, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, hizo modificaciones a la constitución para una nueva relación entre la iglesia y el estado. Por eso se han dado últimamente los excesos verbales e intromisiones en política de obispos y cardenales. 😉
Previo a las modificaciones hechas por Salinas, la relación entre iglesia y estado se llevó de manera más o menos suave, siendo el presidente el único interlocutor con la iglesia, por su parte el clero eclesiástico designo al arzobispo de México como su interlocutor oficial. A este periodo de relaciones entre el estado y la iglesia mexicana se le conoce como “modus vivendi” o “relaciones nicodemicas” en las cuales el gobierno optó por hacerse de la vista gorda en la aplicación de las leyes en materia religiosa y la iglesia por su parte a no exigir sus derechos de manera pública.
Como colofón, resta decir que al final el vestido Cristero fue sustituido por un vestido campirano, adornado con vasijas de cerámica, distintivos prehispánicos y mazorcas, un rebozo en forma de top, coronado por un sombrero de paja.
Vía Estilo y Más.