Al diseñar un logotipo entran en juego una serie de factores que debemos evaluar. Desde el como y cuanto cobrar hasta un análisis del concepto de marca y las diferencias entre los distintos tipos de imagen en este apartado del diseño. A menudo escuchamos le voy a hacer toda su imagen corporativa a la peluquería de mi barrio, ¿qué? ¿imagen corporativa a una peluquería o a una escuela? No gente, existen diferentes categorizaciones en lo que a imagen de identidad se refiere. Al menos hay que informarse un poco.
No les vaya a suceder como a unos alumnos con los cuales estuve la semana pasada a los cuales se les encomendó la tarea de rediseñar el símbolo de la estación Ciudad Jardín del Tren Ligero de esta capital. Al sacra sus propuestas y el maestro pedir una justificación, resulto que no había tal, y nunca fueron a la dichosa estación a mirar la imagen actual.
Si no sabemos para quien diseñamos y que tipo de productos o servicios ofrece, estamos jodidos. Claro, siempre habrá un sitio en internet que ofrezca mil logotipos de fácil personalización hasta en unos 15 dólares.
Para muestra un botón, un rato en el buscador de imágenes en Google y obtenemos esto:
Una bonita gama de logos con la misma idea básica; una elipse o segmentos de la misma rodeando un texto. Cuesta mucho trabajo hacer un logotipo y resulta bastante cómodo diseñar de acuerdo a la moda. “Se ve bien chingón, voy a hacer un logo poniéndole la elipsita así y ya un Photoshopaso se va a ver bien chido ¿cómo ves?” Juro que literalmente he escuchado este tipo de comentarios.
En la Conferencia de Diseño en Puebla, a Juan Carlos Fernández de Ideograma, se le pregunto el tiempo que le llevaba a su estudio realizar un logotipo, respondió que de 4 a 6 semanas. Los encargos con premura con menos de 3 semanas no solía considerarlos siquiera. Claro, Ideograma puede darse ese lujo, pero es algo que se han ganado. Juan Carlos decía que un proyecto grande puede requerir hasta 6 meses. Estamos hablando de la creación de un logotipo para una compañía nueva, tarjetas, hoja membretada, facturas, posters, flyers, mantas, impresos, etc. Puede llevar hasta 6 meses. Al menos en el medio en el cual me desenvuelvo yo, de compañeros que han puesto su despacho, esto es mera utopía, la mayoría de los clientes quiere todo para ayer. Pero es una muestra palpable de que en determinado momento y en base a la calidad de tu trabajo, el profesionalismo, buscar cada vez mejores clientes, etc. debes llegar a ese punto.
Juan Carlos en son de broma platicaba que Cuando un cliente le llega a pedir su logotipo en 2 semanas, le respondía: “mira, un bebe tarda en gestarse 9 meses, igual lo puedes sacar en 4, tu sabrás como va a salir. Al final es tu logotipo, tu decides, si quieres lo sacamos neonato ;)”
No es fácil parir un logotipo, así de la nada en un par de horas. Significa todo un proceso por el cual ha de cobrarse una respetable cantidad. Según Julio Frías y si no mal recuerdo, el Libro Rojo del Diseño recomienda cobrar un estándar que va desde los 28 mil a los 80 mil pesos. Resulta complicado cobrar de este modo el diseño. No puede estandarizarse. Hay de clientes a clientes, no es posible cobrarle de este modo a gente que apenas empieza y que difícilmente invertirá tanto dinero en diseño. Hay otras ocasiones en que el libro rojo se queda corto. Queda a criterio del diseñador saber cobrar su trabajo de manera digna, donde exista un buen margen de beneficio para el y su equipo.
Esos clientes que no se comprometen con al menos un 50% de anticipo no conviene siquiera considerarlos. Generalmente habrá problemas con ellos a la hora de cobrar. No vale la pena en serio. Se ahorraran muchos problemas y sinsabores. Tampoco envíen propuestas para que alguien evalué su trabajo sin una anticipo, a veces este tipo de cliente es oportunista, te dice no gracias y poco tiempo después retoma la idea sin haber gastado un peso.
En fin, lo que comenzó como una diatriba sobre lo flojonazos que somos para el diseño de logotipos me llevo por distintos derroteros, ustedes disculpen.
En una próxima entrega algunos factores que influyen a la hora de cobrar y elaborar un presupuesto.