En unas horas los estadounidenses irán a las urnas a decidir quien gobernará a la nación más poderosa del planeta durante los próximos 4 años. El sistema electoral estadounidense funciona de manera singular, ya que no deciden los electores de manera directa, sino por regiones (¿o distritos?) electorales. Así, algún candidato pude tener más votos que otro, pero si gano más regiones, resultará ganador. Esto ya sucedió en el 2000, cuando muchos medios dieron ganador a Al Gore por la noche y el mundo amaneció con que no era tan cierto.
Curioso y anquilosado el sistema electoral de nuestros vecinos del norte. Muchos analistas pronostican un impasse similar o peor al de hace 4 años. Es increíble que un personaje como George Bush pueda tener siquiera posibilidades reales de reelección. Me pregunto si el pueblo americano (como les gusta llamarse) es en realidad tan ignorante o simplemente esta mal informado.
Sobre las especulaciones si será un blogger quien anuncie al vencedor sobre los medios tradicionales, resulta banal. Solo demuestra la evolución de los medios y la manera como la información se trasmite. Internet se ha convertido en un meta medio que de algún modo engloba a todos los demás, pero que no es ni uno ni otro. Que paradoja. Amén del afán de algunos bloggers por sentirse el ombligo del mundo y que juntos van a conquistar al mundo. Cálmate Cerebro.
Tal vez pasen 2 días o más, antes que sepamos a ciencia cierta quien resulte vencedor. Lo que pondrá en evidencia nuevamente el viejo sistema electoral de USA, se verá que el 2000 mil no fue un caso aislado como tanto lo pregonan, sino una brutal realidad. Mientras el mundo estará en vilo mientras las cortes deciden quien gano.
Esta vez no creo que los demócratas se dejen arrebatar el pastel como antaño, donde atolondrados por 8 años de gobierno de Bill Clinton, dejaron que el equipo legal de Bush metiera todo tipo de argucias legales para declararlo vencedor. Ahora la historia pinta bastante diferente.
A mi entender existen dos opciones. Que no suceda nada de esto y en la misma noche existan resultados fiables o bien, que no tengamos nada en claro y las encuestas de salida no marquen nada definitivo y el asunto se dirima en las cortes. Personalmente y a pesar de la incertidumbre y fluctuaciones geopolíticas y financieras que esto pudiera traer, me decanto por la segunda opción para que de una buena vez pongan a revisión a uno de los sistemas electorales más anacrónico del planeta.