Es extraño que un mexicano gane algo, tal vez por ello la emoción y el orgullo de que Ana Guevara haya ganado, con un tiempo de 48 segundos con 89 centésimas, el campeonato mundial en los 400 metros se magnifique. Ana derroto en el Stade de France, en las afueras de París, a la jamaicana Lorraine Fenton (49.43) y a la senegalesa Amy Mbacke (49.95), que la derrotaron en el Mundial de Edmonton en 2001.
Sus 26 vectorias consecutivas (más de dos años sin perder una sola carrera y una de las ganadoras del gran prix de la golden league) le dan a Ana un poderío barbaro sobre sus demás rivales. Al correr se siente esa seguridad del que va a ganar, y es que no hay ninguna que se le acerque o le haga sombra, quizás por ello no ha podido romper una añeja marca mundial que data de hace 20 años, donde las atletas se metian cuanta sustancia se pudiera para aumentar el rendimiento. Ayer, Lorraine Fenton, que era quien más batalla podía dar, ni siquiera le hizo sombra.
Todavía un día antes de la final diarios franceses y europeos no la consideraban favorita, existe cierto racismo? y escepticismo de que una mexicana este en la cúspide. El diario el País no dedica una sola nota a su triunfo, mientras que la prensa mundial, aún la rusa dedica titulares y grandes espacios a su hazaña. Su siguiente meta son los juegos olimpicos de Atenas, donde esperemos pueda mantener el ritmo, no se atraviese alguna lesión y pueda llevarse la presea dorada.
Mientras tanto hay que estar concientes de que la derrota puede llegar en cualquier momento, es un ser humano, y su curva de rendimiento en algún momento habrá de decaer o mantenerse. Falta un año para Atenas, así que no hay que colgarle la medalla todavía, ya que sería negativo y pondría presión extra.
Tambien hay que mencionar a los dirigenes u oportunistas que tratarán de subirse al carro del triunfo, sin tener mérito alguno. Ya los veo por televisión, empezando por el presidente que tomará de pretexto el triunfo para decir que si se puede.
Bueno, no hay que amargarse, ahora hay que disfrutar y sentirse orgullosos de que una mexicana sea número uno mundial de algo. Se dice sencillo, pero si realmente analizamos y valoramos lo que eso significa veremos que no es cualquier cosa.
Viva Ana! la mujer más rápida en la distancia de los 400 metros planos.