Pues es un hecho, la pirámide de Kukulcán de la zona arqueológica de Chichén Itzá ha sido incluida en la lista de los lugares o monumentos considerados las Nuevas Siete Maravillas del Mundo moderno. Los otros sitios “galardonados” fueron: la Muralla China, el monumento de Petra en Jordania, el Cristo Redentor de Brasil, Machu Picchu de Perú, el Coliseo de Roma y el Taj Mahal de la India. Las Pirámides de Gizeh, en Egipto, quedaron como candidato “honorario”, debido a que es la única de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo que permanece en pie. ¡Vaya farsa!
Cabe destacar que este asunto de las New 7 Wonders surge a iniciativa del suizo Bernard Weber, quien creó la fundación New Open World Foundation, el concurso que organizó a través de internet y el correo electrónico tuvo un carácter económico y comercial y se realizó bajo criterios poco científicos y educativos.
En México el abuso mediático de Chichén Itzá que en últimos días se convirtió en foro de televisión y radio, no se corresponde con los cuidados que una zona de tal calibre necesita. Como es que una “nueva” maravilla del mundo no tenga un museo de sitio. Para que se den una idea de como estuvo el asunto, el Consejo de Promoción Turística de México distribuyó 100 mil tarjetas telefónicas Telmex Prodigy con la imagen de Chichén Itzá. Además, el mismo Consejo creó una replica de la zona arqueológica en Second Life. También participo Cocacola – Femsa con 25 millones de latas con la leyenda “Vota por Chichén Itzá”. En Europa se circulaba un autobús panorámico con publicidad exterior promoviendo en voto por la zona arqueológica. La campaña se extendió también a los Estados Unidos y a Canadá.
Creo que un reconocimiento de tales características a Chichén Itzá no le hacía falta, no tiene la infraestructura como para soportar en gran flujo de visitantes ni el INAH cuentan con los recursos humanos y técnicos para el aluvión de visitantes que vendrán. La UNESCO no quiso apoyar esta campaña y acaró que era a iniciativa personal de Weber, tampoco se hizo caso a muchos especialistas que consideraban que fuera de dar visibilidad y turismo a la zona, el ser considerada una maravilla del mundo podría ser contraproducente y traer como consecuencia el deterioro de la misma.
Por cierto, el gobierno egipcio tuvo que salir al paso y comentar que no iba a permitir el abuso mediático y comercial de sus monumentos. Quizás eso explique que las pirámides solo quedarán como miembros honorario.