¡UPS!

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Ahora resulta que el uso indiscriminado del chat reduce el coeficiente intelectual hasta en 10 puntos, es decir, hasta el doble más que fumar marihuana, reduce la productividad y por si fuera poco causa estrés.

No señores, dejen el Messenger y vamos a tronárnoslas manos, digo 😉

Acá la fuente:

Chateo afecta coeficiente intelectual

Los aficionados a la mensajería móvil y a la conversación vía web defienden la tecnología de un categórico estudio británico.

Los avances tecnológicos que hoy son imprescindibles para muchas personas, están a un paso de convertirse también para muchos, en una verdadera obsesión. Cuando el chat y los mensajes de texto llegan a esclavizar a un individuo a su móvil o su computador, entonces se habla de la presencia de “infomanía”.

Este nuevo término engloba los riesgos y las desventajas que tiene para el entorno del asiduo a los “emoticons”, a quienes se hacen apodar con un “nickname”, a la nueva forma de comunicarse abreviando palabras y términos escritos, y a todos aquellos que a diario abusan de cualquiera de estas dos formas de comunicarse.

Un reciente estudio realizado por Glenn Wilson, sicólogo de la Universidad de Londres, arrojó como conclusiones que el uso indiscriminado del chat y la mensajería móvil puede reducir el coeficiente intelectual hasta dos veces más que consumir marihuana.

“La infomanía daña la forma de trabajar de las personas al reducir su agudeza mental”, dijo el profesional, que para elaborar su trabajo sometió a 18 voluntarios a varios ensayos clínicos y entrevistó a mil 100 adultos, de los cuales, el 62 por ciento confesó ser adicto a estas nuevas tecnologías.

Las conclusiones del estudio encargado por la informática “Hewlett Packard”, especifica que esta obsesión puede reducir hasta 10 puntos el coeficiente intelectual, afectando especialmente a los hombres adultos. Comparan los efectos a pasar una noche en vela, lo que genera pérdida de concentración principalmente en las horas de trabajo de quienes son empleados de empresas que cuentan con estas teconologías.

Para la Pontificia Universidad Católica de Chile, una palabra para definir a este tipo de personas es “procrastinadores”, que en definitiva recae sobre quienes postergan sus tareas importantes por otras que muchas veces no lo son: en este caso, el chat o los mensajes.

Esta casa de estudios estima que el 50 por ciento de los alumnos “procastina” y que se vuelve un problema cuando, en definitiva, es lo único que hacen y no se logran metas y objetivos, afectando la autoestima.

Utilidad

Y es ahí cuando hay que saber sopesar, porque para muchos de los usuarios de salas de chat o para quienes tienen cuentas en sitios de conversación en línea, la utilidad del chat es impagable. “Es que puedes conectarte con alguna persona y hacer lo mismo que se hace por teléfono, con una diferencia importante muchas veces en el costo y la comodidad. Pero principalmente, tienen muchas otras funciones, como que se pueden enviar documentos de todo tipo”, comenta un usuario que se hace llamar “Abelardo”.

Para el ex jugador de Provincial Osorno, César Bravo, messenger es su principal medio de comunicación desde Indonesia. Según cuenta el “Tomate” a través de la web, “yo puedo mandar o recibir fotos, y ver a mis hijos y mi familia incluso por una webcam, esas cosas, a tantos kilómetros de distancia, son impagables. Me han hecho entrevistas por esta vía, y así me entero muchas veces de las noticias”.

Puede ser ese un caso extremo del beneficio que trae esta forma de comunicarse, pero lo cierto es que bien utilizados, estas argucias tecnológicas no deberían ofrecer problemas. “El drama está en el abuso. Como todo. El que abusa de messenger en su oficina es el mismo que generalmente puede abusar del teléfono, y viceversa, hay cosas que están dentro de la personalidad de los individuos. Si alguien se desconcentra fácilmente, probablemente atinará a responder de inmediato si recibe un mensaje en su teléfono, pero va mucho en el plano individual”, asegura otro avezado, pero controlado “chatero”.

CHAT

Conjunto de personas conversando. Hay poca diferencia entre un chat en Internet y hablar con algún amigo. Es comunicarse a través de una interfaz o ventana usando un browser.

COMUNIDAD

Ayudan a las personas a aprender y a navegar. Todo el mundo quiere conversar y encontrarse, y el chat ayuda en eso.

SALAS DE CHAT

Una sala es un área con un nombre específico. Este nombre dice qué tema se habla en esa sala.

La “infomanía”, como es de suponer, no deja indiferentes a los profesionales locales a la hora de emitir un juicio. Según el sicólogo Claudio Caro “el chateo provoca la pérdida de ciertas habilidades sociales, ya que en este mundo las formas de relación son muy fáciles”.

Caro sostiene también que los más proclives a convertirse en adictos a los sistemas de comunicación informáticos son adolescentes, dado que en esa etapa, muchos jóvenes tienden a ponerse introvertidos.

“De acuerdo a lo que expresa el coeficiente intelectual, tú tienes que desarrollar habilidades verbales y otras de orden manual. Si analizamos también el tema de la inteligencia emocional, que habla de que se debe tener habilidades de control para poder llevarse mejor con el medio y ser más exitoso y lo aplicas a la pérdida de esas formas, obviamente, existe menor rendimiento a nivel de intelecto”.

Caro dice que no puede reafirmar lo expuesto por el estudio encargado por Hewlatt Packard, que dice que la “infomanía” produce mayor daño que el consumo de marihuana. Agrega además, que cuando este fenómeno se da en personas sobre 30 años, se constituye en una medida alternativa de conseguir contacto social. “A los 30 años, las personas en su mayoría tienen un círculo social, una cierta estabilidad y proyecciones de todo tipo. Cuando un individuo se vuelve introvertido y empieza a utilizar este tipo de herramientas, quiere decir que no logró lo que tuvo que lograr en otras etapas, y encuentra en el mundo virtual un muy buen refugio”.

¿Quiénes son los que están detrás del teclado?

Un negocio que ha proliferado de la mano con el crecimiento de los usuarios de internet, han sido los llamados “cibercafés”. La mayoría de ellos, sólo ofrecen el computador con conexión a internet; otros, ofrecen adicionalmente servicios de webcam (posibilidad de chatear y ver a la otra persona), impresiones o navegación a alta velocidad. Si bien estos lugares reciben centenares de visitas diariamente, el costo del uso de los equipos limita el uso de aquellos “adictos” o “infomaniacos”.

Según quienes atienden en estos sitios, la permanencia de los clientes, en su mayoría no supera la hora y media (la hora cuesta entre 350 y 500 pesos según el cibercafé), y si bien llegan usuarios aficionados al “chateo”, muchos se dedican también a leer diarios, jugar en línea y, por estos días, declarar sus impuestos a través de la red.

De esta manera, se cree que los “infomaniacos” prefieren conectarse desde sus casas, o de lugares más privados, como algunos centros de internet que ofrecen cubículos cerrados o con cortinas, en los que no se puede interrumpir al cliente.

Fuente: El Diario Austral de Osorno

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