Las redes sociales y en general el internet, ofrecen todos los días nuevas formas de relacionarnos, ya sea en fotos, videos o texto, pero también están siendo una plataforma para extender formas de violencia.
Internet, al igual que otras tecnologías, proporciona a las mujeres incontables oportunidades para empoderarse, involucrarse y educarse. Al mismo tiempo, las herramientas digitales vuelven cada vez más fácil realizar amenazas fundándose en el género, acosar, agredir y ejercer violencia.
En el caso de la violencia contra la mujer, las brechas entre la vida real y lo online están desapareciendo para trasladar conductas de bullying y acoso, por mencionar algunos.
El periodismo deportivo es un “caballo de troya”: alcanza a millones de espectadores y encierra mensajes poderosos. En los comentarios, la publicidad y las imágenes, se validan y replican estereotipos muy presentes en la sociedad mexicana. Pensando en esto, Versus es una organización no gubernamental que busca fomentar debates sobre la discriminación de género, clase y raza con el fin de mejorar los contenidos en el periodismo de deportes.
Los viejos estereotipos de género viven en internet. Estos asignan ciertos roles, comportamientos, actividades, espacios y temas que se consideran apropiados para hombres y mujeres. Bajo este sistema, las mujeres no podemos hablar de deportes. Es un espacio al que solamente podemos acceder bajo ciertas condiciones. Tampoco podemos publicar fotos “provocativas”. Esto desafía la imagen de la “buena mujer”: callada, recatada, que se cuida de no incitar el deseo o la furia de los hombres. Por salirnos de este rol, recibimos ataques, agresiones, acoso y amenazas de violación en redes sociales. Es una forma de vigilar que los discursos femeninos se mantengan a raya.
Para muchos es anormal ver a una mujer pidiendo respeto, pero es muy normal ver comentarios tan abominables como los del video que precede a la nota.
Nos dicen que la violencia es nuestra culpa. Que nosotros la generamos por no obedecer estereotipos. Por no “cuidar” la ropa que usamos. Por hablar de temas “que no nos incumben”. Por “pendejas” y por “putas”.
Una de cada 10 mujeres de la Unión Europea declara haber sufrido ciberacoso desde la edad de los 15 años, lo que incluye haber recibido correos electrónicos o mensajes SMS no deseados, sexualmente explícitos y ofensivos, o bien intentos inapropiados y ofensivos en las redes sociales. El mayor riesgo afecta a las mujeres jóvenes de entre 18 y 29 años de edad.
Porque la violencia contra las mujeres puede ir más allá de 140 caracteres, porque la violencia también es ignorancia.