Dentro de los grandes debates que ya ha abierto el 2012 más allá de las posiciones políticas de cada uno, está el tema del peso que internet en general y las redes sociales tienen en las campañas. Existe la creencia mayoritaria que las limitaciones propias de México en cuanto a acceso a internet determinan el status de su desarrollo y la viabilidad para emprender proyectos serios en la red. Es decir, según los datos del último censo del INEGI (2010), somos un país de poco más de 112 millones de habitantes con una penetración de internet del 33%*, o sea, estamos hablando de aproximadamente
37 millones de mexicanos que están conectados a la red. De este número, el 63% tiene más de 18 años, o lo que es lo mismo: más de 23 millones de los mexicanos con acceso a internet se encuentran en posición de participar de manera formal en los procesos políticos de este país. Para poner un ejemplo claro de lo que estos 23 millones representan en potencia: en la elección presidencial de 2006, el candidato ganador obtuvo poco más de medio millón de votos más respecto al segundo lugar; y en el año 2000, el año de la alternancia, el ganador tuvo dos y medio millones más respecto el segundo lugar.
Aunque estas cifras parecen resignificar la importancia de internet en los procesos electorales también hay que ser cautos y decir que, aunque tomemos los 23 millones de mexicanos con internet y en edad potencial de votar no vamos a obtener de facto 23 millones de votos. Esto se debe a varias razones: la principal es que no todas las personas en edad de votar lo hacen, ya sea por desapego a la política, falta de credencial de elector, o cualquier eventualidad presentada el día de la elección.
Sin embargo, es importante hacer una diferenciación entre los usuarios de internet, ya que no se trata de un grupo homogéneo como muchas personas lo ven. Mi propuesta de hoy es retomar un poco a los principales usuarios de esa red cuyo perfil está marcado principalmente por la edad: los jóvenes. Dejando de lado por un momento las limitantes de acceso marcadas por el ingreso económico, la brecha digital se extiende principalmente por rangos de edades, siendo los jóvenes los más numerosos en ella. Las diferencias entre usuarios pueden sintetizarse en que: entre más grandes son las personas, más dificultades encuentran para integrarse o hacer uso diferenciado de las múltiples posibilidades que ofrece internet más allá del correo electrónico o la búsqueda de información específica.
Esta revisión del perfil del usuario de internet por grupo demográfico es importante porque pocas veces (al menos en lo personal) he observado que esta diferenciación se tenga en cuenta a la hora de dar un perfil de las personas que usan cualquier aplicación o servicio de internet más allá que el tipo de actividades que realizan. Si bien es importante y crucial para muchos estudios conocer este perfil detallado sobre las cuestiones prácticas, es igualmente importante conocer el vínculo de estas personas con la sociedad en general y los asuntos públicos del país al que pertenecen para proyectar una estrategia que permita crear vínculos reales con ellos. Este enfoque es fundamental para todo aquel que busque crear una estrategia de comunicación política a gran escala a través de internet.
Teniendo en cuenta esto ¿quiénes son los jóvenes internautas? Primero que nada, son aquellos (en posibilidad de votar) en una edad entre los 18 y 35 años, cifra cercana al 45% del universo que nos interesa o en números reales, poco más de 10 millones de internautas.
Este dato es interesante porque la juventud está inmersa en dinámicas y características particulares, desde su vinculación con la política hasta la percepción y la forma en que se relacionan en su cotidianidad. Para mencionar algunos datos que considero relevante me gustaría retomar la última encuesta de nacional de juventud (2005) que habla, entre otras cosas, de las características generales de la vida pública y donde señalan que 6 de cada 10 jóvenes afirman que sí vale la pena votar, es decir, están dispuestos a emitir un voto aunque el 40% del total de los jóvenes no muestren mucho interés a la política.
Igualmente, una encuesta realizada por el diario Reforma y publicada el 12 de enero del presente sobre los votantes volátiles o indecisos señala que el grupo de edad comprendido entre los 18 y 29 años junto con el rango de los 30 a 49 años como los que aún no han definido el sentido de su voto con porcentajes del 73% y 72% respectivamente. Estos datos son reveladores por lo que significa en términos de electorado potencial y por ende como objetivo de campaña para las campañas políticas. Los estrategas de campaña de los distintos partidos saben que las personas que aún no han decidido su voto son los que definen elecciones. La razón de esto es porque los miembros del partido, con fuertes vínculos ideológicos u otro tipo de interés personal ligado a una preferencia particular difícilmente cambian el sentido de su voto independientemente de la persona o la campaña que ésta haga. Las campañas políticas no son para estas personas sino para el electorado volátil que no tiene definida su preferencia electoral.
Uno de los grandes retos para cualquier campaña política es cómo llegar a los públicos objetivos, el caso de los jóvenes representa igualmente un desafío muy particular debido a las demandas específicas que éstos tienen sobre los temas o problemáticas que les incumben directamente. La encuesta nacional de juventud nos vuelve a dar pistas sobre cuáles son las principales preocupaciones de éstos y arroja que los dos principales problemas que observan son: Las drogas y el alcohol, y la falta de trabajo.
Además de estas problemáticas identificables está la confianza que los jóvenes tienen a las diferentes personas que forman parte de la sociedad en la que viven, teniendo más confianza y por tanto credibilidad en las personas que integran su familia en primer lugar con 9.2 en una escala de 0 al 10, seguidos de la gente con quien trata cotidianamente como es el caso de las personas con quienes estudian o trabajan dándoles un 8.1; las personas con un menor calificación de confianza son los líderes de la comunidad y la gente rica con 7.0.
En suma, los jóvenes juegan un papel fundamental en el resultado de las próximas elecciones, además de por su número en el padrón electoral, porque forman parte del electorado indeciso a quienes los partidos dirigen sus campañas. La frase de que los jóvenes son el futuro del país recobra significado en el corto plazo cuando se ve su peso y sobre todo cuando se les encuentra en gran número como los usuarios más activos de internet. Las relaciones que éstos crean en la red de redes se basan en la comunicación entre aquellos quienes más confían y sus intereses y necesidades pueden ser claramente ubicables.
Con esta reflexión y aporte sobre los jóvenes quería continuar esta serie de colaboraciones al considerarlos un grupo poblacional que debe ser abordado con mayor profundidad para cualquier tema que busque el vínculo con internet y sus audiencias. Los elementos que definen a los jóvenes sin duda son más complejos que los que aquí abordo, pero no quería dejar de darles ese espacio en particular que creo pocos les han dado y que es necesario para comprender las dinámicas del hoy sector poblacional más numeroso del país.
Rodrigo Alberto Pérez
Politólogo
@RodrigoDantes
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En el tema de internet y su relación con la política, hay muchos temas en los que hace falta datos para analizar muchos de los fenómenos que ocurren día a día, por lo que les pido un par de minutos de su tiempo para contestar la siguiente encuesta sobre “Twitter y su uso ciudadano” que @DanielCosio está realizando para su tesis de maestría. Los resultados habremos de comentarlos y someterlos a análisis para amplias reflexiones. Gracias de antemano.
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*A pesar de que el universo de usuarios de internet en México no es para nada despreciable, no podemos dejar de mencionar igualmente la situación en la que se encuentra respecto a nuestros vecinos del norte, Estados Unidos (78%) y Canadá (79%), pero sobre todo con países de la región con índices de desarrollo similares tal es el caso de Brasil (37%), Chile (54%), o Argentina (66%). Estas desigualdades, aunque son tema de otra gran discusión, no podemos dejar de señalarlas como lo que son: una falla importante en la política de competencia por parte del Estado mexicano que ha favorecido a unos cuantos consorcios quienes han impuesto sus intereses como eje del sector, dejando a millones de mexicanos sin acceso internet y a la mayoría con el promedio de velocidad de conexión más baja de entre
los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), organismo que integra a las naciones más desarrolladas del planeta. (Cifras de Internet World Stats)