Alberto Ruy Sánchez (@AlbertoRuy) es un editor y escritor mexicano, autor de más de veinte libros de ensayo, poesía, cuento y novela. Desde el año 1988 es Director General de la revista Artes de México. Siendo además un insomne consumado. Como no podía ser menos, su último libro “Elogio del insomnio” abreva de Twitter para rescatar algunas frases e ideas para gestarse. Este fue el pretexto ideal ayer que leía una entrevista en El Universal sobre este tema para abordarlo y preguntarle ¿Cómo es que un autor con esta trayectoria y de la “old school” se atreve a mamar de las nuevas tecnologías para configurar un libro? Algunos escritores ortodoxos se jalarían los pelos, hay casos de algunos que aún escriben en su vieja Remington y se niegan a usar una computadora.
En estos momentos Alberto vuela hacia Mérida, Yucatán, para presentar sus libros “Decir es desear” y “Elogio del insomnio”. Mientras el va volando, a continuación les dejamos algunas preguntas que Alberto amablemente accedió a responder en exclusiva para Isopixel.
¿Como se gesta la idea de Elogio del insomnio y de qué va el libro?
Desde niño llega un momento en el que todos están dormidos y yo sigo despierto. Y cuando me preguntan si “padezco” de insomnio resiento el prejuicio en la pregunta porque yo no lo padezco nunca, lo gozo. Desde hace mucho tiempo me di cuenta de que el insomnio es un gran incomprendido. Había que reivindicarlo como yo lo vivo: una zona inigualable de libertad del cuerpo y la mente donde el entresueño hace que conciencia y delirio convivan sin disputarse el tiempo y el lugar. Es también un tiempo dentro del tiempo: un regalo de vida. Tener insomnio puede ser un privilegio y no una enfermedad.
Investigué a fondo el tema, fui a clínicas de “desórdenes del sueño” y al centro de estudios del insomnio en Stanford. Hablé con los especialistas y consulté su biblioteca cuando fui profesor invitado en esa universidad. Leí todo lo que encontré sobre el tema. Incluyendo el testimonio de varios escritores. Pero en vez de hacer un tratado sobre el insomnio y cómo lo viven diferentes culturas y autores, quise más bien escribir una reivindicación del insomnio desde el insomnio que me incluyera ensayándome inmerso en el flujo de imágenes, sensaciones, presencias, ideas, escenas, relatos y obsesiones que me visitan durante el insomnio. Un relato de relatos donde los diferentes fragmentos son a la vez, cuentos, ensayos poemas, textos insomnes que casi podrían considerarse sonámbulos.
¿En qué momento decides utilizar las Redes Sociales como un elemento más de tu libro?
Desde hace veinte años mis libros se alimentan de las reacciones recibidas gracias a los libros publicados. Primero llegaban muchas cartas de lectoras, sobre todo jóvenes, que encontraban en mis páginas las palabras que necesitaban para declarar su amor a otra persona o para describir lo que iban sintiendo. Con cada libro se multiplicó y diversifico el ramillete de respuestas. Luego lo hicieron por correo electrónico y ahora gracias a las redes, tanto en mis blogs como en fbook y tuiter.
En uno de mis blogs puedes ver los tatuajes que muchas mujeres se han hecho tomados de las caligrafías árabes que incluyo en mis cinco novelas sobre el deseo en Mogador. Cada una de esas cinco historias incluyen ecos o de plano situaciones y actitudes que me han contado en línea. He hecho varias encuestas. Par un Festival de escritores en Colombia, de la revista El Malpensante, yo tenía que entrevistar en público, en un gran teatro, a tres mujeres muy conocidas allá sobre la masturbación femenina. Pedí a mis seguidoras que me contaran sus experiencias. Para aprender y para preguntar más adecuadamente. Recibí más de 400 respuestas que me fueron muy útiles. Algunas son muy bellas y convulsivas. Mis libros son libros de investigación en los que el resultado se presenta de forma poética y narrativa.
El libro del insomnio no podía ser menos y tenía que vincularse de alguna manera con esa muy activa retroalimentación escrita.
El material que recopilaste te sirvió de inspiración o ¿haces citas de los tuiteros?
Cuando estaba terminando mi Elogio del insomnio, dejándome habitar por las presencias, personas y ciudades que me visitaban como fantasmas personales durante el insomnio, surgió la presencia escrita de innumerables tuiteros que de pronto, por voluntad propia o incitados, tuiteaban cosas geniales sobre el insomnio. Tomé algunos y, después de pedir permiso a los autores los puse al frente de cada capítulo como epígrafe. Algunos, muy pocos, son de escritores conocidos o de amigos, pero muchos son de tuiteros con avatar misterioso y que no he visto en persona. lo que importaba es lo interesante de la frase, de la idea y lo adecuado que resultaba para cada fragmento en particular. Así entretejí mis obsesiones con las de esa comunidad de insomnes que muchas veces me acompaña noches enteras.
Y aunque no surge de mis tuiteros hay algunos de ellos que viven su insomnio de manera muy similar a la mía. Y sus experiencias, su manera de enfrentarlas me ayudaba a pensar la mía, a sentirla. Una tuitera muy inspirada, @Sra_Noche, puso un tuit que describe el espíritu de mi libro y mi actitud ante el insomnio. Tanto así que los editores lo eligieron para ponerlo en la contraportada: “Espero la llegada del insomnio como se espera a un amante. Inquieta entre las sombras, me rindo a las caricias del silencio.”
Se dice que Internet y las redes sociales son frías y despersonalizan a las personas ¿Por qué usar la tecnología para idear y recopilar material para un libro?
Yo encuentro que es todo lo contrario. Las páginas web eran y muchas veces son como folletos oficiales. los blogs comenzaron a romper el hielo. Facebook estableció la distancia de la aparente cercanía que da la imagen. pero en la improvisación personalizada, en la puesta en escena se ve lo que es cada quien y se siente. Tuiter convirtió eso en pulsación: en latidos. Beats: somos todos de pronto ritmos vivos de ideas, imágenes y palabras fugaces. Gatos en el tejado que se atreven muchas veces a pronunciar lo que no dirían en persona. La palabra, la textura y vitalidad de la palabra hace que las redes, las tecnologías conductoras de palabras, se pongan algunas veces al servicio de la vitalidad que vibra en lo que algunas personas pronuncian. Y ya se sabe que con los instrumentos que son las redes cada quien hace lo que puede o quiere: algo frío o algo cálido, algo muerto o algo vivo, algo cercano a los lectores o simplemente un atrio distante. Yo te diría que los fríos crónicos viven redes frías y de cualquier modo nada los descongela.
¿Qué piensas de la controvertida Ley SOPA y las acciones que se están realizando de manera global para frenar este tipo de iniciativas que de alguna manera atentan contra la libertad de expresión y el libre flujo del conocimiento y la información?
El 18 de enero muchos hemos hecho difusión amplia por todos los medios posibles de los peligros de las leyes de control que tratan de implantarse desde el gobierno norteamericano. Y sus remedos nacionales. Sus consecuencias nos afectan a todos en el mundo. Es uno de los más graves peligros que ha vivido la cultura desde hace décadas. Es un nuevo fundamentalismo corporativo y estatal que en nombre de la propiedad autoral-tema complejo si los hay-, y del mercado “naturalmente” controlado por las manos de los más fuertes quiere instaurar un régimen de denuncias y censuras: la muerte de la diversidad vital de la red.
Esta ley nos recuerda que la sociedad norteamericana es, en sus orígenes, el producto de sectas protestantes fundamentalistas. La ley Sopa es un regreso a las Brujas de Salem y la Letra Escarlata. Un hipermacaratismo que dejará corta la persecución de libertad de opinión que castró ese ser nefasto llamado MacCarthy en los cincuentas en nombre de “detener al comunismo.”
Es la obligación de ser sancionados por una sociedad fundamentalista que en nombre del mercado y de la propiedad autoral establece un régimen de denuncia. Lo vimos en Facebook al principio, la denuncia como reguladora se convierte en el arma de lo peor de la sociedades. Hay mucho que decir sobre el tema pero nada bueno puede venir de esa ley que tiende hacia un terrorismo corporativo y de Estado.
Yo estuve en China y viví las limitaciones terribles que allá existen. Estaba obligado a buscar todos los días túneles cibernéticos clandestinos que se crean y se destruyen todo el tiempo para poder hacer algo tan simple como una inofensiva crónica de viajes por tuiter, como lo había hecho en India y en otros países. Quien defienda para el mundo el modelo chinoestadounidense tiene en muy poca estima su dignidad y su libertad. Y no se da cuenta de que la innovación del conocimiento requiere lo contrario de lo que esta ley propone. Y lo que pasa es que quienes hacen leyes así se piensan a sí mismos en la punta de la pirámide social, con privilegios que los harían escapar de las fauces del monstruo que están creando. Pero hasta en eso se equivocan. De aprobarse una ley así terminarán devorados también por su engendro. Son muchísimas las consecuencias de darle armas e instrumentos a los impulsos más bajos de la humanidad. Y está ley trata de hacerlo.