Un par de lecturas para un domingo de ocio.
El origen de la Coca-Cola, ¿verdad o mentira?
Ayer, en un programa de la “televisión” valenciana hicieron mención a un hecho que parece conocido por todos pero que yo desconocía: el origen de la Coca-Cola es valenciano. La historia, según he podido investigar, es así:
En Aielo de Malferit, un pueblecito de Valencia, hay una destilería con 120 años de tradición, la destilería Ayelo, que tiene entre sus productos Anís Aielo, Lágrimas del Contribuyente, Perfecto Amor y Nuez de Cola-Coca.
Parece ser que Coca-Cola compró la patente de dicho producto. La historia no está muy clara y Google no ofrece mucha información al respecto, por lo que tampoco podemos afirmar que esta historia sea cierta.
La verdad sobre el origen de Internet
No es del todo cierto que Internet tuviese su origen en un proyecto militar estadounidense.
Aunque se ha repetido hasta la saciedad que Internet tiene su origen en un proyecto militar estadounidense para crear una red de ordenadores que uniera los centros de investigación dedicados a labores de defensa en la década de los 60 en los Estados Unidos y que pudiera seguir funcionando a pesar de que alguno de sus nodos fuera destruido por un hipotético ataque nuclear, los creadores de ARPANET, la red precursora de Internet, no tenían nada parecido en mente y llevan años intentando terminar con esta percepción.
Internet surgió de la necesidad cada vez más acuciante de poner a disposición de los contratistas de la Oficina para las Tecnologías de Procesado de la Información (IPTO) más y más recursos informáticos. El objetivo de la IPTO era buscar mejores maneras de usar los ordenadores, yendo más allá de su uso inicial como grandes máquinas calculadoras, pero se enfrentaba al serio problema de que cada uno de los principales investigadores y laboratorios que trabajaban para ella parecían querer tener su propio ordenador, lo que no sólo provocaba una duplicación de esfuerzos dentro de la comunidad de investigadores, sino que además era muy caro; los ordenadores en aquella época eran cualquier cosa menos pequeños y baratos.
La idea de Taylor
Robert Taylor, nombrado director de la IPTO en 1966, tuvo una brillante idea basada en las ideas propuestas por J. C. R. Licklider en un artículo llamado Man-Computer Symbiosis (aquí está en formato PDF junto con otro artículo de Licklider llamado The Computer as a Communication Device): ¿Por qué no conectar todos esos ordenadores entre si? Al construir una serie de enlaces electrónicos entre diferentes máquinas, los investigadores que estuvieran haciendo un trabajo similar en diferentes lugares del país podrían compartir recursos y resultados más facilmente y en lugar de gastar el dinero en media docena de caros ordenadores distribuidos por todo el país, la ARPA (Agencia para Proyectos de Investigación Avanzados, agencia de la que dependía la IPTO de Roberts; hoy en día se llama DARPA) podría concentrar sus recursos en un par de lugares instalando allí ordenadores muy potentes a los que todo el mundo tendría acceso mediante estos enlaces.
Con esta idea en mente Taylor se fue a ver a su jefe, Charles Herzfeld, el director de la ARPA, y tras exponer sus ideas le dijo que podrían montar una pequeña red experimental con cuatro nodos al principio y aumentarla hasta aproximadamente una docena para comprobar que la idea podía llevarse a la práctica.