Los videojuegos se han convertido en un sector de fuerte crecimiento a escala global, cada vez con una mayor visibilidad del impacto positivo que tienen sobre las personas que los juegan. Los grandes beneficios sociales y profesionales de los videojuegos aún están rodeados de mitos, obstaculizando un mejor entendimiento y apropiación de los grandes beneficios que tienen.
“Los videojuegos ayudan a conectar la vida de las personas a través de la tecnología y a desarrollar sus habilidades, capacidades y destrezas. De hecho, actividades como el gaming no solo brindan a los jugadores actividades de entretenimiento, sino que también son una nueva forma de acercamiento y convivencia con los demás”, comenta Karely Munárriz, Head of Brand & Integrated Marketing Communications de Telefónica Movistar México.
Los videojuegos generan entornos que fomentan la socialización de forma inclusiva entre las personas. Por ejemplo, tenemos el caso de Pokemon Go, un videojuego de realidad aumentada basado en la localización de personajes, que ha creado grandes comunidades alrededor del mundo.
Con este juego, la capacidad de socialización era evidente, los jugadores lo hacen en compañía de otras personas a través de campañas para “atrapar” Pokemones o en torneos locales e internacionales. Este no es el único caso. Hay miles de ejemplos más en los que se demuestra que los videojuegos contribuyen como una herramienta para la socialización y, además, nos enseñan a trabajar en equipo.
Un gran número de estudios han demostrado que los videojuegos, lejos de perjudicar a nuestra formación, la promueven en varios sentidos. Existen investigaciones desde las neurociencias que muestran cómo el juego constante de videojuegos genera un impacto positivo en el desarrollo de las capacidades cerebrales y las habilidades cognitivas de personas saludables, aumentando su actividad neuronal.
Por ejemplo, durante el juego, el cerebro mejora la memoria del trabajo, la atención enfocada, las funciones sensitivo-motoras, mejora el control cognitivo que regula nuestro comportamiento y que nos permite seleccionar la información que es necesaria para nuestro objetivo e inhibir la información irrelevante.
También los videojuegos pueden cambiar la forma de entender la educación, ya que son una forma de “aprender jugando”. Se viene analizando y estudiando con éxito el impacto que se logra en el aprendizaje cuando se impulsa a través de la experiencia y si además se une al territorio de lo lúdico, lo hace aún más poderoso. Los videojuegos también ayudan a ejercitar habilidades como la comunicación, el trabajo en equipo, la resiliencia, entre otras, las cuales son capacidades muy apreciadas por el mercado laboral actualmente, pues en muchos casos pueden llegar a ser una gran clave del éxito profesional.
Jugar videojuegos va más allá de pasar un rato agradable y de ocio. Al jugarlos, también es posible aprender, fomentar e incluso despertar habilidades que quizás aún tenemos dormidas. Y hoy este territorio se presenta como una oportunidad de camino profesional, no solo a nivel de juego sino también desde el diseño, desarrollo, programación y comercialización. Sin duda, algo que muestra que en los Videojuegos siempre puedes “moverte de nivel”.