Los meses finales del año se caracterizan por ser un periodo en el que los consumidores hacen uso de sus prestaciones de fin de año para la renovación o el intercambio tecnológico, hoy caracterizado por el periodo que corre a partir de El Buen Fin hasta la conclusión de la temporada navideña.
En efecto, los dispositivos móviles inteligentes o smartphones, son los principales bienes por reemplazar durante esta época. El avance tecnológico y lanzamiento de nuevos equipos marcan una pauta importante sobre el periodo de sustitución, en el cual los usuarios buscan obtener las mejores capacidades incorporadas en estos equipos para apoyar su quehacer cotidiano.
El mercado mexicano contabilizó al cierre de 2020, 116.9 millones de teléfonos inteligentes y 10.0 millones de Feature Phones, o equipos básicos, en tenencia de los consumidores. En números, el parque de smartphones sigue una trayectoria al alza con un crecimiento anual de 5.4%, respecto al año anterior. Esto resulta de su consolidación como el principal eje de conectividad de los usuarios, que se emplean para controlar luces y sonidos domésticos, control de televisión, navegación, ordenar comida y transporte remotos, entre muchas otras aplicaciones.
A lo largo del año recién concluido, 23.1% de los usuarios habrán remplazado su dispositivo por uno nuevo. Al tratarse de bienes duraderos, la existencia de un mercado secundario o de “segunda vida” es un fenómeno natural.
¿Qué proporción de los Smartphones reemplazados tienen una segunda vida?
Los usuarios reconocen y aprovechan la vida útil de los equipos, mayor en el caso de aquellos equipos de gama alta, puesto que la propiedad es transferida a personas del círculo más cercano (menores de edad, colaboradores, hijos, etc.) o son utilizados como celulares de emergencia, dummy o segundos dispositivos.
La renovación del dispositivo principal no implica que todos los celulares se destinen a nuevo uso.
Si preguntamos si existe vida después de la vida en los equipos inteligentes en funcionamiento, encontraremos que entre el total de los equipos que fueron reemplazados, 7 de cada 10 tuvieron una segunda vida, tal que
- 22.7% guarda su smartphone antiguo,
- 31.1% lo “hereda” a algún familiar o amigo cercano,
- 7.1% lo vende, mientras que
- 14.8% quizás tuvieron un segundo uso al ser robados o extraviados, y
- 1.0% es reciclado.
El nivel de usuarios que revenden sus smartphones es directamente proporcional a la ganancia que deja al usuario el precio de reventa de equipos usados, que por la constante renovación de oferta, innovación y ambiente competitivo suele ser relativamente muy inferior al original. Esta es una de las razones por la que este destino de los smartphones no registra una magnitud significativamente superior.
En promedio, los usuarios reemplazan su smartphone cada dos años en números redondos (23.5 meses), periodo que registra una trayectoria al alza ante la necesidad y conveniencia de adquirir equipos con mejores capacidades de procesamiento, almacenamiento, fotografía, entre otras características tecnológicas. En otras palabras, cada vez compramos equipos de mayor valor (gamas media y alta) y los conservamos por un mayor periodo, cada dos años en la actualidad, mientras que hace algunos años los conservábamos por un año y medio.
Asimismo, este nivel se ve impulsado por la estabilidad en los planes tarifarios de servicios móviles y de alternativas de financiamiento por parte de los operadores, que por lo general son de precisamente dos años.
Finalmente, tan sólo 33.7% de usuarios renovaron su dispositivo anterior al presentar un deterioro irreparable, lo que evidencia la creciente calidad y vida útil de los Smartphones, que resulta en la obtención de equipos más recientes. Esto es una de las principales características que propicia un mercado de segunda vida celular.
Vía The CIU.