En mis tiempos, cuando egresabas de la carrera de diseño gráfico, salías sin experiencia y te enfrentabas a un mundo para el cual no estabas preparado. Tu portafolio y curriculum eran de risa. Obvio, no te contrataban en ningún lado por tu inexperiencia.
Antes, sólo los más afortunados hijos de papá, podían montar su propio despacho, con un par de computadoras carísimas, alquilar una oficina, pagar servicios y contratar una secretaría y un chalán. Para empezar todos lo hacían con conocidos, diseñando logos, tarjetas de presentación, hojas memebretadas y demás papelería. Dependías de muchos factores para iniciar un negocio propio.
A todos los demás, desde la escuela se nos formaba para ser parte de la cadena de producción creativa, donde aceptémoslo, el diseñador gráfico suele ser el eslabón más débil. Necesariamente debía pasar por el largo proceso de formación, hasta que pasados algunos años fueras creciendo dentro del despacho o agencia y ganando en experiencia y contactos. Si eras perspicaz y avezado, antes de los 28 (si bien te iba) ya estabas listo para emprender el duro camino como independiente poniendo tu propio “despacho” de diseño.
Pero hoy el diseño y en general el negocio de la comunicación es (para bien o para mal) más democrático. Si quieres hacer diseño, puedes. Con una computadora y creatividad, es posible ser tan eficiente como cualquier despacho establecido. En el caso de la comunicación y el marketing digital, debes sumar una conexión a internet para empezar a trabajar. Cualquier Starbucks es tu oficina.
El espectro se abre además para otra profesiones, desde hace un año vengo sosteniendo que la generación de contenido, específicamente el blogging es una gran área de oportunidad. Si bien en México los blogs nunca tuvieron su momento cumbre como en otras latitudes, encontraron permanencia. Los que lograron sobrevivir y algunos de reciente manufactura han ido ganando su lugar como opciones informativas a los canales tradicionales.
Hoy en día, puedes crear un negocio independiente sin necesitar una gran inversión para empezar, ni dejarte la vida en el camino. Lo afirmo por que lo he visto, incluso chicos de que no llegan a los 23 años lo han logrado, metiéndose al bolsillo más de 120 mil pesos mensuales por concepto de Adsense (si, solo Adsense.)
A los 22 años yo apenas sabía encender una computadora con Windows 3.11 para trabajo en grupo. Decir que apenas sabía prenderla no es broma. Mi formación como diseñador fue en base a letraset, cutter, estilográfos, cemento Uhu, escuadras, recortes y fotocopias.
Hace un par de años, yo mismo monte mi propio negocio con apenas 4 mil dólares (la liquidación de la DGSCA/UNAM). Ahora tengo una pequeña agencia de comunicación y marketing digital y una red de blogs. Con una Macbook Pro, una conexión a Internet y muchas ganas salí a comerme el mundo. Eso hace cuando egresé en 1998, hubiera sido impensable.
Señores, les tengo dos noticias, una buena y una mala: Primero la buena: Se nos viene una generación que gracias a la tecnología va a ser capaz de hacer cosas increíbles en casi cualquier ámbito . La mala es que la competencia será feroz. Ahora no es tan sencillo como hace 15 años. Lo que si les garantizo es que los próximos tres años van a ser muy excitantes.
¿Tu ya te estás preparando?