Podría ser un proyecto de tipografía, pero resulta que se trata de un postre de nadie menos que Ferran Adria, el gran chef catalán: una sopa de letras de merengue de fresa con helado de yogur… Siguen unas palabras del chef:
«Cocina molecular» no significa nada. Esta expresión se uso por primera vez en 2004 por una parte de la profesión y de los medios para definir la influencia de la ciencia en mi cocina. Claro, esta influencia existe, pero representa una parte ínfima de mi trabajo. Integro en mi proceso vanguardista muchas otras disciplinas, del diseño a la arquitectura pasando por el grafismo y el lenguaje de los signos”
