
Estuve un rato mirando el blog de Kirai, un español avecindado en Japón. Debo reconocer que conocía el blog desde hace mucho tiempo, pero nunca lo había visitado. Es de esos sitios dónde no paras de presionar botón derecho del mouse para seleccionar “Open link in new tab”. Cada historia es fascinante y siempre te quedas con la curiosidad de conocer que se esconde tras cada enlace.
En fin, muchísimos posts me llamaron al atención, pero este en particular me sorprendió mucho. Se trata de unas tiendas dónde nadie vigila el negocio (Mujinhanbai) y en las cuales nadie trabaja. Si vas caminando por alguna calle y te topas con una “Mujinhanbai” simplemente tomas el producto que deseas y depositas el dinero en el bote.
Se me antoja muchísimo poner una de estas “Mujinhanbai” en el Centro Histórico.
5 comentarios
te imaginas un puesto de eso en cualquier calle de nuestra querida capital?
hasta con el cartelito arrasan y como leí en el blog de kirai, si el gato se apendeja, con el cargan.
XD
jaja! pss hayque hacerlo y ponemos una camara a cada producto.. jiji…
salu2!
pd. si presiones el “botoncito de en medio” (scroll) no tienes que dar clic derecho y “abrir en nueva pestaña”..
Una tienda así en las calles de mi San José duraría exactamente… diez segundos.
Primer mundo, qué lejos estás 😛
Ya no le des click derecho y “Open link in a new tab”. Es más facil si le das click con el scroll. Hace lo mismo y te evitas mucho.
En el libro de ‘Freakonomics’ hablan de este tipo de esquema de negocio donde la confianza en el cliente es lo primordial. En un experimento en un edificio de oficinas en EE.UU. un vendedor de bagels dejaba la caja de bagels y una cajita para depositar el pago. El resultado es que aunque había unos que no pagaban, eran más los que prefirían pagar honradamente aunque nadie los viera hacer lo contgrario. La clave está en que si no pagaban, significaría que dejarían de recibir el servicio de los bagels a domicilio y eso dolía más que el reproche interno personal por no haber pagado.
En Dateline reportaron de una tienda similar en una ciudad costera en EE.UU. donde lo mismo, la gente llegaba y tomaba del refrigerador el pescado que le interesaba y pagaba y tomaba el cambio que necesitaba. Las razones son las mismas, confía en mí que yo prefiero pagarte y continuar recibiendo este bien y servicio.
Ahora, que en una sociedad mexicana acostumbrada al valemadrismo y a la comodidad del “no la hagas de pedo” quien sabe en que situación sí podría funcionar este esquema. ¿Quién no ha sabido de la forma de hackear la máquina de snacks y aprovecharse de ello?