Siempre que se habla del Web sale a colación la palabra “simplicidad”. A menudo es presentada como una regla de oro en el diseño Web. Muchas personas optan por el minimalismo en sus diseños (mini-D), ahi va implicita también la simplicidad. Pero yo creo que hay más trasfondo. A mi entender el Web debe evolucionar, no se en que diablos irá a parar. Pero debe dejar de ser tan estático y caótico. Los estandares son algo que a mi sinceramente ya me da mucha flojera (aunque a diario deba pelear con ellos y tolerarlos). Creo que la simplicidad no es más que una limitación impuesta por los escasos anchos de banda de hace unos años y aún actuales. En poco tiempo eso ya no será problema.
Ahora bien, no estoy afirmando que la simplicidad y la reticencia sean malas. Al contrario. Nada más aterrador para un diseñador que el espacio en blanco. Trabajar con la simpleza es muy díficil, manejar los espacios en blanco es un verdadero arte. Es más sencillo atiborrar de elementos los diseños (colores, trazos, fuentes, texturas, sombras y toda la gama de filtros habidos y por haber). Conozco a más de un diseñadorcillo que se siente tal por “mover” el Photoshop y el Corel. Tenemos pavor al espacio en blanco, siempre parece que falta algo ¿o no?
Creo que me devíe mucho del tema original del post. Solo quería recomendar un artículo de Stephen Van Doren, títulado: Simplicity: The Cobbles of the Designer’s Path. Donde se aborda la cuestión de la simplicidad de un modo ameno y claro.
Si no conoces a tu audiencia, no puedes diseñar simple (asi de simple ;-). Así mismo, cuando se sabe quien va a mirar nuestro trabajo, se puede tener una mejor idea de como presentarla. Eso es lo que dice el buen amigo Van Doren.