Por azares del destino hace unos días me topé con esta campaña de la casa de empeño Rafael Dondé, en la que usan la frase: “Tus electrónicos valen oro”, refiriéndose a que puedes empeñarlos cuando estás atorado con deudas y necesitas dinero extra para salir del apuro.
Acá abajo les paso el clip, que tiene un aire un poco sombrío (por el manejo de luz, que apela a la situación) y obviamente es corto y conciso (como deberían ser miles de spots)
Ahora bien, aunque no lo crean el spot me dejó pensando en algo muy claro: en esta era donde básicamente todo es desechable, ¿realmente pagamos lo justo por las cosas?
Les pongo un caso muy claro y probablemente se me vayan muchos encima, pero es lo que yo pienso y por eso la nota tiene el tag de opiniones.
Volviendo al tema del caso que les iba a platicar es lo que veo con los usuarios de iPhone. Son felices con su nuevo teléfono, hasta que 6 meses después sale otro (que para mi gusto es the same shit) con algunas mejoras en software, porque el hardware sigue siendo chafa. Las pantallas se rompen igual, se doblan y la pila al mes casi casi que no les funciona o salen lotes completos con daño y lo único bueno, es que les dan otro teléfono.¡Y qué decir de los cargadores!, esos cables que cambian con cada modelo y se rompen fácilmente.
Lo mismo pasa con las Macbook. A los dos años la pila pues ya valió y solo hay dos opciones: reemplazarla o en el mismo caso que el iPhone, comprar un nuevo modelo que básicamente vale un riñón y unos cuantos lingotes de oro.
Android no se queda tan atrás, aunque en el caso del hardware si es más duradero. Al hacer que cada compañía le meta mano al sistema y sea diferente en cada modelo (which is a pain in the ass) la duración de la pila y el rendimiento de cada uno a los pocos meses ya hacen que te den ganas de tirarlos por la ventana.
Perooooo, resulta que todo lo mencionado arriba es a propósito debido a algo llamado obsolescencia programada y que se define como:
“una práctica comercial que consiste en diseñar productos para que se estropeen pasado un determinado tiempo de uso.” Y es por eso que compañías como la de la manzanita y Samsung con sus millones de modelos de Galaxy, nos crean esas necesidad y angustia de andar comprando un gadget nuevo a cada rato.
¿Que si esta práctica es ética? Por supuesto que no, pero esto le genera ganancias a las compañías. Es por eso que la frase “ya no los hacen como antes”, tiene mucho sentido, puesto que un smartphone de hace 10 años tenía mucho mejor performance que uno de ahora.
Sin embargo, para aquellos apple fan boys y galaxy lovers que cada que sale un nuevo modelo y buscan hasta debajo de las piedras el dinero suficiente para comprar el más reciente, les recomiendo volver al principio de esta nota y considerar ir a empeñar su equipo “viejito” y si quieren algunos otros gadgets y electrodomésticos a Rafael Dóndé, puesto que es la forma más rápida para obtener dinero.