Así es, en el radio, en la televisión en línea no se habla de otra cosa, sino del retiro de la velocista mexicana, que tantas glorias le dio a nuestro país en la carrera de 400 metros planos. Esa misma que llegó a paralizar al país varias ocasiones por 50 segundos para verla cruzar como saeta la meta.
Si, todos nos sentíamos orgullosos de ella, los medios la entrevistaban, todos los patrocinadores la querían como imagen de sus productos. ¿Dónde están ahora esos villa melones ahora que Ana anuncia su retiro por cuestiones de corrupción en la Federación de Atletismo. ¿Cómo es que un indeseable como Mariano Lara, a pesar de las múltiples anomalías y cochupos en los que se ha visto envueltos y más que comprobados se ría de todos nosotros y siga en su puesto tan campante?
Cómo es posible que el máximo dirigente del deporte en México, Carlos Hermosillo, no tenga facultades para hacer nada.
Me cago en la leche y en la puta madre de los dirigentes del deporte en México…
Hay que reconocer la valentía de Ana, quizás no fueron la mejor estrategia anteponer su participación a los J. O. a cambio de la cabeza de Lara. Pero una vez que lo hizo no se arredró y hasta hoy mantiene su decisión, y se retira con la frente en alto, en plenitud de facultades y entrenando hasta el último día. ¡Ole tus grandes ovarios Ana! (perdón el comentario, quizás no venga a cuento, pero estoy muy molesto)
Me indigna que a una atleta de elite mundial le hagan estas felonías… ¿Qué no harán con aquellos que empiezan? Me caga la madre que una de las poquísimas de nuestras atletas que tenían seguro llegar a la final en su respectiva disciplina tenga que salir por la puerta de atrás. ¿Cuantos deportistas mexicanos tendrían esta perspectiva? Seamos francos, muy pocos…
No se vale…