El sábado pasado me lancé al Auditorio Nacional al concierto “Dos pájaros de un tiro” del puto flaco y su primo el Nano. Si cada uno por su lado son geniales, juntos son sencillamente imprescindibles.
Digamos que yo escuchaba a Serrat cuando era un púber, su música no sé por que razón me atraía tanto, yo era un joven más bien de izquierdas, de esos que se leyeron a Marx, Engels y que considerábamos al Ché un héroe, existía el muro y la URSS la rifaba. Estudié en el CCH (Sur, por cierto) escuchábamos trova cubana con Silvio, Milanés, Feliú y demás banda, acá en México, “Mexicanto” era la movida. Supongo que me gustará Serrat no era nada extraño.
A Sabina lo conocí en serio a principios de los noventas, cuando mi amiga Mandy me presto tres casettes repletos con lo mejor de Sabina hasta esos años, los escuche hasta que creo que se gastaron de tanto reproducirlos. Me aprendí de memoria todas y cada una de las canciones, entre las que recuerdo: Corre dijo la tortuga, A la orilla de la Chimenea, El hombre del traje gris, Calle melancolía, ¿Quién me ha robado el mes de abril?, Pobre Cristina, Esta boca es mía, Mentiras piadosas y decenas más. Desde ahí el de Úbeda se convirtió en mi ídolo y aunque ya había tenido el chance de verlo algunas 2 o 3 veces en concierto, esta oportunidad era única.
Y así fue, el desparpajo y amistad de ambos señorones se ve reflejada en el escenario y lo contagian a todo su público. Ríen y bromean a las costillas del otro, Serrat canta algunas rolas emblemáticas de Sabina y viceversa.
En este tipo de espectáculos dónde dos genios comparten escenario se necesita de mucha amistad y confianza, la generosidad de uno para que el otro se luzca simplemente no tiene precio. En determinado momento, cuando Serrat canta Penélope y Mediterráneo seguidas, aparece Sabina sólo al final para hacer coro… En ese inter Sabina confiesa que cuando quiso elegir canción le dijo a Serrat, déjame cantar “Penélope” y aquel le contesto: “No, esa no, porque me la aplauden mucho”, Bueno, entonces “Mediterráneo”, Esta bien, pero tu entras al final con el: lara, lara, larai…” Simplemente genial… Tendrían que escucharlos en vivo para reír con la ocurrencia.
Por cierto, no sé si porque era el primer concierto, pero se prodigaron casi 2 horas y 50 minutos, regresando 3 veces al escenario para regalarnos un buen repertorio. Entre ellas “Más de 100 mentiras” que más que una canción es para mí una declaración de principios y de vida. En youtube hay un video.
Sé que ninguno jamás leerá este blog, pero desde aquí quiero agradecer a ambos, una de las mejores tardes de mi vida: Joaquín y Joan Manuel ¡Son los putos amos!
Si tiene la oportunidad y les gusta uno u otro, en serio, no se los pierdan.