Podrás recordar, si es que has visto la serie “The Big Band Theory”, el capítulo donde Howard le presume a su novia una impresión de el mismo en 3D, pues esta tecnología ya se utiliza para fabricar armas, partes del cuerpo que pueden salvar vidas e incluso juguetes y ahora se está moviendo desde la industria a la calle.
Una de las primeras tiendas de impresión en 3D del mundo abrió sus puertas en Londres la semana pasada y un estudiante americano demostró a los medios del mundo la forma de utilizar la tecnología para hacer un arma de trabajo.
El Dr. Greg Gibbons, un experto en la impresión 3D en la Universidad de Warwick, dijo que los clientes pronto serán capaces de entrar en una tienda y tener sus propias joyas, obras de arte o piezas impresas en tercera dimensión.
“Vamos a ver las imprentas 3D como los centros de fotocopiado en el pasado. Tendrían cuatro o cinco máquinas con varios tipos de material. Los clientes pueden entrar con un diseño asistido por computadora, escanear y dejar una copia en tres dimensiones”, dijo Gibbons.
También es importante comentar sobre la polémica en torno a la reproducción de armas de fuego, la semana pasada Texas destacó la capacidad y accesibilidad de la impresión 3D. Hizo varias partes de una pistola con una impresora 3D de segunda mano que le costó £5,000 y añadió un metal para antes de disparar una bala estándar.
Marcus Fairs, editor de la revista Shift de impresión, comentó que el arma no debe ocultar los desarrollos tecnológicos reales en la impresión 3D. “Se necesita algo sorprendente para que la gente se dé cuenta de que esta tecnología ha estado a su alcance”.
Esta impresión se desarrolló por primera vez en la década de 1980, pero se ha tardado en salir de la ingeniería para otras industrias. La tecnología funciona mediante la creación de capas y capas de material (por lo general de plástico) para construir objetos sólidos complejos.
Andy Millns, director de Inition, asegura que su compañía ha creado objetos para los clientes que van desde los anunciantes a los fabricantes de automóviles. Los artículos incluyen modelos de edificios y réplicas de esculturas del Museo Fitzwilliam en Cambridge.
Pero hay usos más serios para la impresión 3D. Puede ser utilizado para producir huesos sintéticos para trasplantes y los médicos pueden producir modelos de órganos para prepararse para llevar a cabo la cirugía. Esto sería de extrema ayuda para la ciencia médica.