En México, el sector financiero tiene poca penetración, particularmente en los sectores socioeconómicos más vulnerables. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo el 47% de los mexicanos tienen una cuenta bancaria; no obstante, el grueso de la población que sí puede acceder a estos servicios vive en zonas urbanas y tienen un nivel de ingresos medio-alto, el resto de la población queda excluida y estos datos no difieren mucho a los presentados por el Banco Mundial.
De este modo, los servicios financieros están directamente relacionados con factores que determinan el crecimiento económico de un país, tales como el bienestar social, acceso a financiamiento para adquirir patrimonio, soluciones financieras para mejorar la calidad de vida tales como una cuenta de ahorro o un seguro de gastos médicos, entre otros.
Tan es así la importancia de la inclusión financiera, que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) marcó esta estrategia como prioritaria en el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2020-2024, ya que permite “fortalecer los fundamentos macroeconómicos para promover la estabilidad, el crecimiento económico equitativo y el bienestar de la población”.
“La inclusión financiera tiene múltiples beneficios, no sólo a nivel personal o familiar, sino también a nivel macroeconómico. Quienes no pueden acceder a los beneficios de la banca son los sectores menos favorecidos y casualmente también son quienes más necesitan este impulso para mejorar su gestión de finanzas personales y mejorar su calidad de vida. Por ejemplo, una persona que trabaja por su cuenta requiere un lugar seguro donde guardar su dinero y una institución bancaria que lo apoye para hacer crecer su negocio”, señala Modesto Gutiérrez Losada, presidente y cofundador de Miio, el primer telcobank en América Latina.
Además, los altos niveles de informalidadson otro de los factores que propician la poca penetración de la banca en la población mexicana y no permiten cerrar la brecha existente, “lo que se convierte en un círculo vicioso; pero si logramos la transición a la formalidad a través de la inclusión financiera, los beneficios para la población serían directamente: mayor seguridad social, mayor educación financiera y capacidad económica para enfrentar contextos adversos”, añade el presidente de Miio.
El sistema bancario no es incluyente
Una de las razones que explican la falta de inclusión financiera, es que el sistema bancario tradicional no es incluyente. Si bien es cierto que la banca ha hecho una gran labor para digitalizarse y ofrecer más y mejores productos, estos sólo llegan a los usuarios que ya están bancarizados, no a quienes están en el sector informal, de este modo la brecha sigue abierta.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la inclusión financiera ha sido reconocida como un “facilitador de 7 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, por lo que ”promover el acceso a productos y servicios financieros impulsa la innovación, el crecimiento y un acceso más amplio a los mercados internacionales.”
Las fintech y la inclusión financiera
Durante los últimos años, la innovación tecnológica ha traído consigo nuevas tendencias al mundo financiero, entre ellas las fintech, quienes ocupan un lugar especial a nivel mundial en el desarrollo del sistema financiero.
Las fintech se han posicionado como una alternativa de bajo costo, abierta a atender las necesidades de los consumidores excluidos por la banca tradicional; es decir, resultan un actor fundamental para la inclusión financiera, incluso el propósito de muchas de ellas es la atención a los sectores bajos o pequeñas empresas que difícilmente pueden acceder a financiamiento a una cuenta empresarial.
El desarrollo de las fintech está motivado en gran medida por la creciente adopción de teléfonos inteligentes y la expansión del internet. De hecho, se prevé que para el año 2022, el 90% de las conexiones a internet en América Latina se realicen a través de dispositivos móviles, de acuerdo con 5G Américas.
Acorde a esta tendencia, las fintech ofrecen soluciones innovadoras no sólo porque sus servicios suelen ser más económicos, sino también porque han podido integrar nuevas herramientas digitales que mejoran la experiencia de usuario, de modo que su incursión en la banca sea más amigable, sencilla, accesible e intuitiva.
El ecosistema fintech está creciendo a pasos agigantados, ya que según el Radar Fintech México 2020 de Finnovista, desde 2016 este sector tiene una tasa promedio anual de 23%, lo que habla de la alta demanda social que tiene el país de estos servicios y cómo es que las fintech están jugando un papel importante para satisfacerla.
Sin embargo, aún hay mucho camino que recorrer para alcanzar una mayor inclusión financiera, el online lendingha evolucionado mucho, pero el problema es que usualmente estas soluciones están dirigidas al mercado bancarizado, se requiere acceder a crédito de consumo sin cuenta bancaria ni historial crediticio.
¿Cómo solucionar el problema?
Hoy sabemos que el internet y los dispositivos móviles pueden hacer la diferencia en cuanto a inclusión financiera, dada su alta penetración. Sin embargo, la calidad y precio de los datos móviles siguen siendo una limitante.
En México, el 75% de la población que cuenta con un teléfono celular tiene conexión de datos a través de las redes de WIFI, lo que sitúa al país como el segundo (después de Bolivia) con el costo más elevado en telefonía celular. De este modo el alto costo de internet implica que, aunque en el país existan opciones financieras digitales, acceder a ellas no siempre es posible para un gran número de personas.
“Una solución financiera no puede estar completa si no cuenta con un servicio de telefonía que le permita al usuario acceder a su cuenta bancaria cada vez que lo necesite, y sin que esto implique un gasto extra. Los telcobanks han reinventado la banca al fusionar los beneficios de las telecomunicaciones con la banca digital. Se trata de una nueva forma de ver y entender los servicios financieros”, afirma Modesto Gutiérrez.