Construyendo un futuro en el que todos podamos confiar

Construyendo un futuro en el que todos podamos confiar

Ayudar a los empleados de una empresa a trabajar desde casa de forma segura, gestionar el tráfico de drones para la entrega de equipos médicos, mantener los sistemas de transporte en funcionamiento de las ciudades y los países para que los profesionales de la salud puedan ir a trabajar y los pacientes puedan ser trasladados a otras instalaciones, fabricar respiradores para hospitales, desarrollar soluciones de control de acceso y pago sin contacto. Son algunos ejemplos de cómo la experiencia de una empresa puede beneficiar a la sociedad, pero existen muchos más.

Con el uso de la tecnología disponible hoy en día, las empresas de TI pueden ayudar a la sociedad en general en una crisis como la que se está viviendo en la actualidad. Una empresa debe desempeñar un papel importante en la sociedad y asumir compromisos con las partes interesadas (empleados, clientes, proveedores, accionistas, gobiernos, etc.). Sus líderes y sus empleados tienen el deber de dar sentido a lo que hace esa empresa.

La misión de una empresa establece qué hace dicha empresa. Un propósito va más allá. Tiene el poder de movilizar y transformar al explicar por qué existe la empresa y cómo, en definitiva, crea valor para sus clientes y la sociedad en general. Tener un propósito claro, sin duda, también tiene el potencial de atraer a jóvenes talentos, que son extremadamente sensibles al significado de su trabajo y al rol de la empresa en la sociedad.

El período extraordinario que estamos atravesando es una oportunidad para que las empresas demuestren la validez y la autenticidad de su propósito, especialmente en términos de responsabilidad. Después de tanto hablar de responsabilidad corporativa, de tantos años de informes y declaraciones, el período actual es el momento de verificar nuestros datos y transformar nuestras palabras en hechos. Como tal, marca el comienzo de una nueva era.

En el caso de Thales, creemos que nuestro propósito gira en torno a tres componentes de un futuro en el que todos podamos confiar: autonomía, resiliencia y sostenibilidad. Y la realidad muestra que los tres factores son realmente fundamentales.

En medio de la tormenta, trabajamos junto a nuestros clientes todos los días para ayudarlos a llevar a cabo sus operaciones vitales; en otras palabras, para ayudarlos a conservar su autonomía, mantener el control y desempeñar sus funciones mientras todo a su alrededor se detenía. Nuestro personal ha apoyado a nuestros clientes durante estos tiempos difíciles, por ejemplo, asegurando sus telecomunicaciones, manteniendo en funcionamiento los servicios de transporte nacionales y urbanos, y fabricando respiradores para ayudar a los hospitales a atender a los pacientes con Covid.

Otro tema clave hoy en día es la resiliencia, la capacidad no solo de recuperarse, sino también de ayudar a los socios, clientes y proveedores a superar esta crisis y volver al crecimiento.

En el futuro, los proveedores de tecnología como Thales deberán mostrar evidencia material de que sus recursos y sus capacidades abordan de manera efectiva las exigencias de responsabilidad social y ambiental de la sociedad. Ya estamos en eso, trabajando de forma concreta para reducir nuestra propia huella de carbono y limitar el impacto ambiental de nuestros clientes y socios. Por ejemplo, a través de nuestro compromiso de hacer que el transporte aéreo sea más responsable con el medio ambiente, con una fecha límite para 2023, o en la fabricación de una tarjeta de pago que contenga un 70% de plástico oceánico reciclado. 

Nuestro propósito es nuestra brújula moral en esta crisis. Nos está ayudando a identificar los problemas que son más cruciales para nuestros clientes y empleados, y a determinar cómo nuestras acciones y soluciones tangibles pueden ayudarlos de manera más efectiva al tiempo que preservan su seguridad. Nuestro propósito nos permite mirar hacia adelante con quienes comparten nuestra visión para que, juntos, podamos construir un futuro en el que todos podamos confiar.

Por Patrice Caine, Presidente y CEO de Thales

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