En la Expo de Entretenimiento Electrónico, mejor conocida como E3 que se lleva a cabo en Los Ángeles California, Microsoft anunció una nueva consola, la Xbox One S. Mucho más ligera, pequeña y económica que la Xbox One.
De acuerdo a Microsoft, la nueva Xbox One S es 40% más pequeña que su antecesora y está equipada con la tecnología HDR, lo cual le da mucha más nitidez a las imágenes. Capaz de soportar video en 4K desde cualquier Blu-ray UHD o conectarse a Netflix o Amazon Video, tiene un control mucho más estilizado, además de ser inalámbrico.
Posee fuente de alimentación integrada (dejando de lado la gigantesca fuente de la consola actual), conexión HDR y un puerto USB para Kinect, que al parecer cada vez va teniendo menos importancia para Microsoft.
Xbox One S estará disponible en agosto, con una versión de 2 TB de almacenamiento a un costo de 399 dólares, además de dos versiones a fin de año: una de 500 GB (299 dólares) y otra de 1 TB (349 dólares).
Entre los anuncios de software para Xbox Live, se anunció conectividad con PC y Xbox One; la llegada de la asistente Cortana; “Clubs”, comunidades para convivir con usuarios con los mismos intereses; “Looking for Group”, donde podremos buscar personas con quienes compartir actividades cooperativas; y “Arena”, una interesante función que integrará torneos a Xbox One con los juegos màs importantes, como FIFA.
Por el lado de los juegos, entre otros se adelantaron detalles de Halo Wars 2, Scalebound, Gears of War 4, Horza Horizon 3 (septiembre de 2017), Dead Rising 4 (fines de este año) y una exclusiva con Tekken para principios de 2017.
Finalmente y tal como se esperaba, Microsoft anunció el desarrollo de una nueva consola enfocada en juegos en alta calidad: Project Scorpio. El dispositivo, “un monstruo”, en palabras de los ingenieros de la empresa, contará con 6 teraflops (contra los 1,6 de Xbox One), juegos en 4K y realidad virtual de alta fidelidad. Los accesorios y juegos serán compatibles, y estará disponible a fines de 2017.