Este artículo se publicó originalmente en la sección Voy derecho y no me quito del periódico el Nuevo Mexicano, medio en el que colaboramos semanalmente con artículos de opinión relativos a Internet, el diseño y Social Media.
¿Cuándo cotizar o no?
¿Les ha pasado que están tranquilos en su oficina cuando súbitamente algún prospecto de cliente necesita una cotización urgente? Es el pan nuestro de todos los días, al respecto, les comparto mi opinión.
Es común que este tipo de personas no conozca tu trabajo, no sepa lo que le puedes aportar y no considere el tiempo que requiere recopilar la información necesaria para preparar la cotización. En mi experiencia puedo decir que es poco probable cerrar un acuerdo cuando se mandan cotizaciones hechas la vapor y en caso contrario, es muy posible que sea un cliente problemático.
Al inicio todos pasamos por un proceso de aprendizaje en el que a menudo nos toca trabajar gratis, ya que se nos exige la cotización con la estrategia detallada, al final no nos contratan y vemos nuestras ideas ejecutadas por otros.
Para lidiar con este tipo de prospectos, te aconsejo hacer estas dos preguntas antes de cotizar: 1. ¿Puedo hablar con tu superior para hacerle algunas preguntas y mandarte una cotización más precisa? Y 2. ¿Me puedes dar un aproximado del presupuesto asignado a este proyecto? Si no responden ninguna de ellas, lamento decirte que sólo te están probando, estudiando diversas opciones y muy probablemente tú no serás una de las elegidas.
Una vez que sabes esto, te digo que cerrar una venta es todo un arte, pero de inicio ese par de consejos podrían ahorrarte muchos dolores de cabeza.
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