Muchos pensaran que la Ciudad de México tiene problemas mucho más graves que solucionar para ir anunciando conexión inalámbrica gratuita, lo cual es cierto, pero el costo de tratar de convertir al D. F. en una orbe de avanzada, a la altura de metrópolis como Nueva York, Los Angeles, San Francisco, Paris o Berlín, sería ínfimo en relación a lo que se invierte en otras áreas. Lo cual por cierto, hará que ciertos sectores “olvidados” (me refiero en específico a la clase media) del gobierno capitalino o más concretamente del PRD se sientan cobijados con los rayos del Sol Azteca. Es precisamente esta clase media (despreciada por López Obrador con su apoyo exacerbado a las clases más desfavorecidas, no olvidemos uno de sus lemas de campaña “Primero los pobres”) la que finalmente determinó su derrota en las pasadas elecciones presidenciales.
Ebrard se lanza tras este sector que es el que precisamente usa computadoras. El anzuelo es evidente, al fin y al cabo la palabra gratis al jodido y al clase mediero le resulta como miel a las abejas. Hay un refrán que he escuchado repetidas ocasiones y que lo ejemplifica perfecto:
“Dadas hasta las patadas”
Claro que existen diversas dificultades técnicas y políticas para que la ciudad más grande del mundo tenga cobertura inalámbrica gratuita. Los rezagos socio culturales de ciertas áreas de la ciudad, el desigual nivel educativo y de infraestructura, así como la geografía del terreno, dificultarán la tarea. Así que la promesa de hacer un Distrito Federal una ciudad Wi-Fi será una mera utopía. Quizás haya edificios d e gobierno con hotspots que provean la señal a su alrededor. Tal vez haya algunos parques y plazas públicas que cuenten con este servicio, pero no me imagino ciertas áreas de Iztapalapa o Xochimilco con hotspots y cámaras de vigilancia a diestra y sinistra. Tardarían más en colocarlas que algunos vándalos en llevárselas y rematarlas en el mercado negro por 10 pesos para un frasco de thiner y una “mona”.
Supongo que esta noticia no le cayó muy bien a nuestro multimillonario más querido, el amo y señor de la telefonía y las telecomunicaciones en Latinoamérica.
Para finali
