Me siento extraño, no se si me entiendan, mejor paso a explicarles. Vean, el fin de semana, aproximadamente a las 11:30 de la noche circulaba por una de las vías rápidas de la Cd. de México, especificamente, en el anillo Periferico, en dirección sur – norte. Pues bien, como había llovido yo iba con suma precaución y en el carril de baja velocidad (algo que nunca acostumbro, pues casi siempre voyen el carril de alta velocidad). Bien, para no hacer el cuento largo, a la altura de la ESCA o el mercado de autos (Casi frente al Instituto Federal Electoral) se encuentra la salida para tomar el Viaducto y dirigirme hacia la carretera al Ajusco, el auto que iba en el carril central que también iba atomar esa salida, invade mi carril repentinamente, sin avisar, sin poner las luces direccionales ni nada, cosa que tampoco hubiese servido, pues ibamos casi parejos…
Aun tiemblo un poco al recordarlo, para esquivarlo volantee y frene repentinamente, el carro se descontrolo y empezo a derrapar, como una puta escena de Matrix, todo se ve en camara lenta, ya veía el carro volteado, los carros que venian atras y a mi lado pegandome, etc, etc…
Con un pericia que no me conocia, o más bien llamenlo suerte, creo que no me tocaba. Controle el carro que derrapaba y se deslizaba sin ton ni son. Afortunadamente el otro estupido ni siquiera me rozo, porque a esa velocidad me hubiese proyectado hacia fuera del Periferico, hacia algun árbol o poste. Tampoco rozé contra el camellón porque el pequeño canal por el que corre el agua de las lluvias es bastante profundo, caer en el hubiese significado perdida total de control ya que la dirección del carro hubiese reventado.
En fin, pude controlar el auto, hasta donde me fue humanamente posible, al final ya con poca velocidad, creo yo, solo termine con el carro atravesado en el carril central. Sentía que era mi fin, ya que atras y a lado venian un taxi y un VW Golf negro. Ya sentía el impacto seguro. Pero no, gracias a que al momento que el otro imbecil invadio mi carril me quede pegado al claxón, esto les sirvio de advertencia y pudieron tener cierta precaución para no impactarse conmigo.
Una vez pasados los hechos que relato, solo atine a echar el auto de reversa y avanzar unos poco metros, la adenalina era demasiada. Aparque, prendí el radio y me di unos minutos para tranquilizarme, despues reanude la marcha y llegue a casa sin novedades.
Todo esto viene a cuento, porque desde ese día tengo una rara sensación, como que la vida no vale un ápice. Ando como si estuviese viviendo horas extras. No me importa nada, tengo mucho miedo, me cuesta trabajo manejar bien, siempre me voy cuidando de el conductor de a lado, si un escape explota yo brinco como poseso, etc.
No se si, lo que acabo de relatarles pueda catalogarse como una experiencia cercana a la muerte. Pero de que esta teniendo implicaciones en mi vida, la esta teniendo y yo espero que no todo sea para mal.
Hace tiempo Eduardo relataba que a él le encantaban este tipo de experiencias y que las volvería a repetir (que inconciencia!!!) pero yo que a estas alturas de mi vida he tenido un accidente aún peor que el anterior, no me agradan mucho. (ahí si lo catalogaría de ECM, pero de eso quizás algún día lo cuente)
Así que si no me ven por aquí con la frecucencia debida, ya lo saben, ahorita hay un replanteamiento de prioridades tremendo en mi vida. Y no es que esto no sea importante, pero para que se den una idea, en este preciso instante, ni mi propia vida me importa demasiado.