Aunque existen vestigios de que se elaboraban códices desde antes de la era cristiana, solo se han conservado los que se crearon en epocas cercanas a la conquista o durante la colonia (aunque la mayoría fueron destruidos por los conquistadores), en fin, el tlacuilo pintaba los códices y los murales. Conocía las diversas formas de escritura, así como los símbolos de la mitología y de la tradición. El tlacuilo era dueño del simbolismo y era capaz de expresarlo mediante la tinta negra y roja. Antes de pintar, debía haber aprendido a dialogar con su propio corazón, esto quiere decir: que tenía que aprender a dialogar con su propia divinidad (los mexicas creían que dentro del corazón habitaba un principio divino). De ese modo se transmitía la divinidad a las pinturas, los códices y los murales.
En resúmen, el tlacuilo, era el diseñador grafico de aquellos tiempos, aunque a diferencia nuestra, el sí tenía un profundo respeto y conocimiento hacia su disciplina. Ojalá antes de pintar, dialogar o diseñar, los tlacuilos modernos, aprendieramos a inmiscuirnos con aquello que queremos transmitir.