Ben-Hur es la prueba definitiva de la crisis creativa del remake

Ben-Hur
  • Este nuevo Ben-Hur es la prueba definitiva de la crisis creativa en Hollywood, convirtiéndose en algo totalmente absurdo, olvidable y risible

  • Sumado a sus fallas, Ben-Hur tampoco logra cuajar como espectáculo ni ser un relato épico

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Quizás muchos no veían necesario el remake de Ben-Hur, el clásico dirigido por William Wylder en 1959 protagonizado por Charlton Heston como Judah Ben-Hur y Stephen Boyd en el papel de Messala.

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Innecesario no tanto por un estatus de pieza intocable que si me apuran, jamás ha tenido la original, sino por su temática y su potencial atractivo para un público como el de ahora, pero ante toda predicción ha llegado la nueva aproximación a este relato de ecos bíblicos dirigida por Timur Bekmambetov y producida por la Metro-Goldwyn-Meyer, el mismo estudio de la primera en conjunto con Paramount Pictures.

Este nuevo Ben-Hur protagonizado por Jack Huston (Judah Ben-Hur) y Toby Kebbell (Messala), es la prueba definitiva que en la meca del cine hay una crisis creativa preocupante, la historia, más allá de buscar una nueva vertiente, se convierte en algo totalmente absurdo, olvidable y risible… ¡muy risible!

Una película fuera de tono y sin identidad

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Ben-Hur subraya la imposibilidad de los remakes para renovar coherentemente la forma y contenido para una audiencia actual, al ver esta película pareciera que los estudios han entendido que el público contemporáneo quiere ver acción aunque la historia no lo requiera, es decir, a pesar de que este remake nos presenta a este par de hermanos/amigos que con el tiempo se convertirán en rivales a muerte y cuya transición será espiritual, deja la sensación de presenciar a unos “hombres de acción” en sandalias metidos a la fuerza en una película de romanos.

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El director abusa de su experiencia en películas del género como Se Busca (2008) y Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros (2012), llenando a Ben-Hur de secuencias de acción incongruentes para sus desesperadas intenciones por lograr construir un relato de corte épico, el cual no logra siquiera a rozar, más aún cuando las carreras de cuadrigas se asemejan a baratas escenas de persecución.

Claro está que no basta la ambientación, el vestuario o los decorados para conseguir clasificar a una película como “de época”, para eso falta tono, textura y una identidad dramática definida, y a pesar que Ben-Hur tiene un buen diseño de arte no tiene la elegancia ni mucho menos el cuidado para conseguir una correcta ambientación.

Visual y actoralmente fallida

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Ben-Hur tiene otra gran desventaja, es protagonizada por actores más bien desconocidos para encarnar al par de míticos personajes, a eso se añade que tanto Jack Huston como Toby Kebbell entregan actuaciones acartonadas, cero creíbles que hacen de sus personajes seres unidimensionales, cuya crisis y transformación no tendrá un sustento determinante.

Irónicamente, o quizás no, es el actor Morgan Freeman quien entrega los mejores momentos y el papel más reconfortante del remake de Ben-Hur por su manera de abordarlo, aunque su caracterización sea chabacana.

Pero ni como espectáculo Ben-Hur logra cuajar, los efectos visuales se hacen notar por su mala manufactura y su pésimo ensamblaje, algo que le resta calidad.

Ben-Hur es olvidable… hasta consigo misma

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Por otro lado, Ben-Hur olvida tejer de forma correcta la temporalidad de la historia que corre en paralelo a la aprensión y pasión de Jesús de Nazaret porque, si por algo Ben-Hur tiene el lugar que tiene dentro de la cinematografía es por ser todo un clásico de Semana Santa, una suerte de relato bíblico, una parábola espiritual que en este tenor también pretendía rescatar este remake pero cuya subtrama es la más desperdiciada, siendo Rodrigo Santoro y su Jesucristo el personaje más ninguneado.

Jesús, es pues, el personaje que olvida a sí misma la propia película, algo que repercute directamente en la resolución dramática porque la supuesta transición que tienen los personajes tras toparse con el nazareno se siente forzada, teniendo que recurrir a las secuencias de flashbacks sentimentaloides donde Ben-Hur recordará esos encuentros.

Y si esas secuencias eran de por si absurdas, mejor ni les digo que el desenlace es simplemente patético, que de no haber sido por el acompañamiento de una cursi canción, bien podía haberse salvado.

Por: Aurora Alejandra Lomelí Pérez (@alejandraurora_)

Ben-Hur
Dirección:
Timur Bekmambetov
Guión: Keith R. Clarke, John Ridley, adaptación de la novela de Lewis Wallace
Actúan: Jack Huston, Toby Kebbell, Morgan Freeman, Rodrigo Santoro, Pedro Pascal
Fecha de estreno: 19 de agosto de 2016

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