-
En Un Holograma Para el Rey, Tom Tykwer y Tom Hanks se unen de nuevo para crear una fábula redentora entre hologramas, jeques árabes y crisis existenciales
-
Por extraño que parezca Un Holograma Para el Rey resulta ser una encantadora experiencia visual, cargada de risas y bellas metáforas
Cada año llegan a la cartelera un tipo de películas que podíamos llamar “pequeñas” por no poseer un capital elevado, cine independiente en el mejor de los casos pero que también se sale un poco de esa clasificación para ser oleadas de serenidad y dejarse ver como un regreso a las bases de un director al que el reconocimiento y la fama le llegó antes de dar incluso el salto a Hollywood, el director es Tom Tykwer y tras ese éxito alemán titulado Corre, Lola, Corre (1998) y codirigir con Lana y el entonces Andy Wachowski la ambiciosa Cloud Atlas (2012), ahora presenta su adaptación de la novela de Dave Eggers, Un Holograma Para el Rey (Ein Hologramm für den König), un relato sobre los avatares de la cotidianidad y los vacíos pero principalmente, una encantadora historia de redención que llega a México a través de Cinépolis Distribución.
En Un Holograma Para el Rey, Tykwer vuelve a hacer mancuerna con el actor Tom Hanks quien interpreta a Alan Clay, un empresario estadounidense especialista en tecnología para crear hologramas que pasa por todo tipo de crisis: deudas financieras, lidiar con una ex esposa furiosa, reconciliarse con su hija distanciada y por si fuera poco, descubrir qué rayos es el pequeño bulto que le crece en la espalda. Todo parece ir en picada para Alan, incluso la invitación que recibe del jeque árabe para viajar a Arabia Saudita y diseñarle un modelo holográfico, su única esperanza para recuperar por lo menos la estabilidad económica.
La sutileza con la que Tom Tykwer maneja el gran conflicto existencial que se plantea es para destacarse porque a pesar de tocar temas profundos que revuelven en los puntos más vulnerables de un personaje al límite, Un Holograma Para el Rey no es un drama denso o desesperanzador, todo lo contrario, por extraño que parezca Un Holograma Para el Rey resulta ser una encantadora experiencia visual, cargada de risas y bellas metáforas que al ser contrastada con las desventuras de Alan, logra crear el impacto emocional preciso para que la historia haga su magia, conectando con la empatía del espectador.
Pero este viaje de redención que Tykwer llena de postales vibrantes y personajes curiosos, parte del tan bien construido Alan Clay, por ello, Un Holograma Para el Rey no sería lo mismo sin Tom Hanks, su actuación es sensible y compleja a la vez, tal y como lo requería el papel. Hanks llena a Alan de la gracia, la ingenuidad y la simpatía con que éste busca encajar en un nuevo territorio, pero también de la frustración, la nostalgia y el enojo que pasa en sus momentos de soledad.
De esta forma, Un Holograma Para el Rey encuentra su complemento en la actuación total de Hanks y la brillante elaboración de Tykwer en el ensamblaje para relajar, mas no detener, la potencia emocional de un argumento que aprovecha muy bien el inofensivo chiste del choque cultural, la mezquindad con “el otro”, los vacíos, pero también la catarsis, la chispa del amor y lo imprevisible, es decir, esas cosas que son detonantes para obligar a cualquier persona a seguir avanzando.
Y es que parece ser que Tom Tykwer se planteo en Un Holograma Para el Rey encontrar la belleza de la imperfección, la recompensa que aguarda tras una visita a las tinieblas, quizá no la mejor pero sí la necesaria, por eso se decía al inicio de esta crítica que Un Holograma Para el Rey es de ese selecto grupo de películas pequeñas porque esta vale mucho por lo que trasmite, por lo que mueve y por lo que deja en la mente.
Por: Aurora Alejandra Lomelí Pérez (@alejandraurora)
Ein Hologramm für den König – Un Holograma para el Rey
Dirección: Tom Tykwer
Guión: Tom Tykwer, adaptando la novela de Dave Eggers
Actúan: Tom Hanks, Tom Skerritt, Sarita Choudhury, Alexander Black, Ben Whishaw
Fecha de estreno: 9 de junio de 2016