Este artículo se publicó originalmente en el blog Movistar Next, medio en el que colaboramos con artículos de opinión relativos a Internet, el diseño y Social Media.
Internet es hoy un metamedio que nos permite hacer casi cualquier cosa. El que nos sintamos cómodos navegando o utilizando un smartphone, depende cada vez más de unos profesionales multidisciplinarios, responsables de crear interfaces más ‘humanas’, intuitivas y fáciles de usar.
La web es un metamedio muy poderoso, la industria de los periódicos la vio como un periódico, las productoras de TV la vieron como una nueva manera de hacer televisión, la industria editorial la vio como un tipo de libro extraño. Esa es su magia. La web se ha convertido en el medio y en el mensaje por si misma.
La web data de 1989 cuando Tim Berners-Lee hace sus primeros pruebas en el CERN, aunque no es si no hasta 1992 que se libera de manera oficial. Técnicamente la web nos acompaña desde hace 20 años, ningún invento en la humanidad ha resultado tan trascendental y ha modificado de manera radical la manera de comunicarnos como lo ha sido esta herramienta.
La evolución ha sido constante desde los primeros browsers basados en texto como Lynx, o Viola WWW, (técnicamente el primer navegador de la historia), o por Mosaic (el primer navegador que realmente hace que Internet se masifique). Pasando por Netscape, Internet Explorer, Hasta llegar a Firefox, Safari o Chrome. Hoy en día tenemos navegadores que son potentes herramientas que posibilitan que la web sea casi cualquier cosa.
Y es que la web de ser en su origen sólo un sistema de despliegue de información, ya fuese en imagen o texto. Hoy en día también puede ser una pieza de software, de edición de imágenes, o de ofimática como Excel o Word. De igual manera puede funcionar como consola de videojuegos o también ser un completo centro de entretenimientos donde podemos ver nuestras series favoritas, películas o vídeos graciosos en Youtube.
El proceso no ha sido sencillo, en 20 años se han tenido que establecer reglas y protocolos, para que las cosas funcionen de manera más o menos similar independientemente del sistema operativo o computadora que se esté utilizando. Es cuando entra en escena disciplinas que no nacen a partir de la web, pero que encuentran un nicho muy ad hoc en está área. Se trata del diseño de interfaces de usuario, la usabilidad y la Arquitectura de Información.
Seguramente has encontrado sitios en los que te sientes cómodo y te gusta visitar, habrá otros en los que no te gustan, de inmediato haces clic y te marchas. Lo mismo pasa con las aplicaciones para smartphones, tablets o casi cualquier dispositivo electrónico. El que nos sintamos cómodos con alguna página o en el como funciona un aparato está directamente relacionado con el diseño de la interfaz, la usabilidad y en como está estructurado (AI).
Cuando los contenidos están mal planificados, cuando quieres encontrar información relevante y no está a tu alcance, resulta frustrante. No es gratuito que esto suceda, sobre todo en web, en la que en su origen era creada por y para ingenieros. Lo “bonito” no les importaba, y tampoco sabían como hacerlo. Hasta hace unos años no había demasiada información de cómo la gente se comportaba en la web, como leía en este nuevo medio y como se relacionaba con los diferentes elementos. Había poca bibliografía al respecto y casi todo provenía de la prueba y el error y de lo que los diseñadores/desarrolladores compartían entre ellos.
A la mayoría nos gusta navegar por Internet, eso es un hecho. Buscamos información útil leemos noticias, compartimos nuestra vida en las redes sociales, subimos contenido, leemos nuestro email, etc. Si eres curioso te habrás dado cuenta que ahora más que antes los diseñadores o programadores de esos sitios se preocupan mucho por la forma cómo lo que quieren comunicar tenga un mayor impacto en quienes los leen.
La razón es sencilla, es que entienden perfectamente que comunicar es poner en común. ¿Qué cosas comunican? La respuesta es tan simple como compleja: TODO. Todo comunica, los textos, las imágenes, la disposición de las imágenes y los textos, los anuncios, las ilustraciones. Así los diseñadores de hoy se enfrentan a un nuevo reto, ser multidiciplinarios para encontrar el justo equilibrio entre diseño y funcionalidad.
Hoy no importa ya sólo manejar la computadora con pericia, tampoco tener los últimos programas de diseño. Ahora debes aprender algún lenguage de programación, conocer sobre edición de imágenes, de audio o de vídeo. También debes conocer HTML 5 y sobre hojas de estilo (CSS), además de entender los fundamentos de la Experiencia de Usuario (UX), Usabilidad, arquitectura de información. No hablamos de ser gurú en cada una de estás disciplinas, pero si al menos empaparte y estar actualizada sobre cada una de ellas.
La demanda de este tipo de profesionales va en aumento cada año, quienes no se actualicen les tocará ver como los diseñadores preocupados por el entorno y que procuran humanizar y hacer que los productos sean faciles de utilizar y que no nos causen frustración, serán los más codiciados por las empresas y los que tengan mejores salarios. Actualmente esos profesionales están fuertemente vinculados a internet y tecnología. Pero gradualmente se están abriendo oportunidades en otras areas, como el desarrollo móvil, la industria editorial o del entretenimiento y es que como decíamos al inicio la web es un metamedio que lo abarca todo.
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