Hablando de publicidad engañosa los servicios de psíquicos, adivinadores, chamanes y brujos que prometen cambiarte la vida a través de sus hot lines, se pintan solos. Madames Sasus, Amiras, Melusinas, Walteres Mercados y demás charlatanes ganan una millonada a costa de los ingenuos que pretenden ser émulos de Tomás Varo.
Tras la gran penetración y las millonarias sumas que se facturan los servicios de adivinación en México, la Procuraduría Federal del Consumidor decidió tomar cartas en el asunto al obligar a los prestadores de este tipo de servicios de aclarar en su publicidad que se trata de un servicio de “entretenimiento”, a ser claros con sus tarifas y a no inducir al engaño, ya que no hay manera de medir la veracidad de suas consejos, ni tampoco es posible controlar el contenido de lo solicitado, ni verificar lo predicho, adivinado o aconsejado.
El precio de un mensaje de texto de celular para recibir información sobre el destino o el futuro puede alcanzar en México los 60 pesos (unos 5,5 dólares), y el minuto de una llamada telefónica 52 pesos (4,7 dólares), según el organismo.
Según la Profeco, las empresas Megamedia, Telcenter y Lineatel representan a los principales adivinadores o psíquicos, las cuales a partir del 1 de abril están obligadas a señalar en su publicidad que “la interpretación y uso del servicio es responsabilidad exclusiva del consumidor”.
Veremos si no sucede como en el caso de los productos milagro, en las que las empresas prefieren pagar las irrisorias multas que ceñirse a la reglamentación.
Ahora si permítanme cerrar con esta joyita de Madam Sasu:
“¿Tu marido trabaja con una rubia? Pues ten cuidado, porque te lo esta sonsacando… “