Casi a la mitad de la jornada, me voy permitir hacer un análisis de la participación mexicana en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Primero hablare de la sorda pelea por cuotas de raiting que sostienen Televisa y TV Azteca. Este asunto va hermanado con la mediocre actuación de la delegación mexicana en Atenas, pero este tema lo tocare más adelante.
Televisa tiene una cobertura más amplia que TV azteca. Nos queda claro quien tiene mayores recursos. Empieza muy temprano Jorge Berry con una horda de ineptos alrededor que nada saben de deporte y un triste émulo de Compayito; el Concayito. Si una mano que hablaba era poco, ahora súmenle ustedes un pie. Continua una cobertura todo el día por canal 5 y en la noche el programa estrella, la Jugada Olímpica.
Este programa es el que merece más análisis por el patético espectáculo que están dando. Un programa deportivo donde los actores, mimos, payasos y comediantes hacen más bulto que los analistas. Triste el espectáculo y la mofa que se hace de una persona con capacidades diferentes como lo es Sammy, la sorna y la manera de exhibirlo resulta brutal. La incapacidad de hacer reír de un seudo comediante como lo es Derbez utiliza de una manera flagrante a Sammy y a su compañero.
Pero no hay de que espantarse, el abuso de Sammy viene de años atrás y muchos lo han hecho ya, recuerdo a Esteban Arce y el Burro Van Rankin haciendo lo mismo en el Calabozo. Cierto es que Sammy devenga un sueldo y con ello sostiene a su madre, pero vaya, que triste nuestra sociedad cuando tenemos que soportar esto. Resulta que hasta hay que darles las gracias a estos imbeciles por “ayudarlo”. En fin.
Las hijas de su pinche madre, perdón, las hijas de la madre tierra; nefastas, su humor insípido y agrio a la vez. Su irreverencia a la hora de sacar la nota ya ha quedado desfasado, en el mundial Corea/Japón, resultaron una interesante novedad. A estas alturas ni Montserrat ni Yolanda se pueden ver, cómo pretenden que las toleremos nosotros?
La Vale y Derbez sin palabras. Su incapacidad como humoristas queda evidenciada en unos juegos amurallados donde la sombra del terrorismo da poco margen de maniobra para sus guarradas. Lo mismo se puede decir de Adrián Uribe, Consuelo Duval y cía.
Hablemos de Brozo; por Dios!!! Qué ha pasado con Víctor Trujillo? La muerte de su esposa lo ha dejado en tales condiciones? Que pena, la carta fuerte de Televisa da pena y de la ajena, que es la peor. Se le tolera en demasía al otrora influyente payaso/gurú de la noticia. Llego un momento en que se apreciaba un espacio como el mañanero. Hasta el genio Marcel Marceau quedo maravillado con aquel payaso dador de noticias y que era muy respetado por su frontalidad y manera de decir las cosas.
TV Azteca. Poco que decir de la televisora de Ricardo Salinas Pliego. Un equipo liderado por el denostado José Ramón Fernández. Que con los mejores exponentes de su equipo de comentaristas deportivos se lanzo a la aventura. Una escenografía pequeña y más bien modesta es la característica del set televisivo de Los Protagonistas.
Acompañado también por un exceso de gente que nada tiene que hacer. Pero vaya que no hacen tanto el ridículo como los televisos.
Maggie Haggi y una rubia buenísima que tiene una voz chillona como la chingada se ocupan de los temas banales. Una señora muy guapa nos habla de la cultura y aspectos históricos de Grecia. Katia de Artigues, columnista de Universal y conductora de lo Publico y lo Privado no se que hace ahí. EL punto negro; que alguien me explique que diablos hace ahí el ganador de la Academia? Un amanerado muchacho que intenta imitar a Alejandro Fernández.
A favor, la inclusión del comediante Andrés Bustamante, alias el Güiri Güiri. Dueño de un humor bastante inocente pero efectivo que hace reír con las ocurrencias más inverosímiles y su tremenda irreverencia hacia el patrón (José Ramón) Es de agradecer que Andrés tenga manga ancha y se le permita de todo. Ojo, a ellos no les ha pasado como a los de Televisa que hayan sido detenidos por la policía por andar como andrajosos o vestidos como Marilin Manson, grabando en lugares prohibidos y sin acreditaciones, pasaportes o cualquier documento que los identifique. La irreverencia y la falta de respeto se quedan entre ellos.
Porqué este circo? La respuesta es sencilla; comercialización, patrocinios, mercadotecnia, publicidad, contratos, rating, etc. Los juegos se han visto ampliamente rebasados por los intereses comerciales de los patrocinadores. En realidad son ellos los que mandan, quitan o suman disciplinas, imponen horarios.
La balcanización de Atenas, escuchaba ayer por la televisión. La influencia de los medios en unos juegos supuestamente deportivos, donde una treintena de atletas borra de un plumazo a otros 10 mil desconocidos. El ejemplo más claro para nosotros lo tenemos con Ana Guevara, que presionada ad nauseam, por los patrocinadores llega a unos juegos en amplia desventaja. Ana es la única posibilidad real de una medalla y quizás de bronce en estos momentos para México. Eso debe pesar sobre las espaldas de la velocista, pero Ana merece un post aparte.
Vamos a las transmisiones de las justas deportivas. Se han percatado del vértigo de las mismas? Cambios de escenario en cuestión de segundos, del béisbol, al fútbol, de los clavados, al voleibol, a la marcha. En ocasiones partiendo la pantalla para mandarnos imágenes distorsionadas de dos disciplinas. Asistimos el terror de la televisión por el zapping, nunca antes el espectador había tenido tal poder otorgado por el control remoto. Un poder que por lo demás lo deja como verdadero zombi a merced de caudal de imágenes que nos llegan sin ton ni son.
Las cuotas de raiting han sido francamente magras para ambos consorcios. Entonces porque empeñarse en mantener esa línea? Dudo mucho que en próximos eventos puedan volver a verles la cara a los anunciantes, que exigirán niveles garantizados de audiencia para pagar las millonarias cifras que cuesta la publicidad en eventos como estos.
Me extendí demasiado en los medios. Así que el comentario sobre nuestros atletas y su paseo por Grecia queda para siguiente ocasión. Tampoco hay que abusar de su valioso tiempo y paciencia. Bastante hacen al leerme para soltarles una verborrea interminable.
Nos leemos mañana.