A 5 años para escribir lo que estás haciendo en mensajes 140 caracteres o menos, Twitter es ahora un mosaico de “sirve para esto y para esto no sirve” que con el tiempo ha ido dando algunas lecciones.
Exact Target y CoTweet recopilan interesante información sobre esto:
El 52% de usuarios que han dejado de utilizar Twitter, expresan que lo hicieron porque no tiene sentido. Un 38% porque se aburrían y un 23% porque lo veían demasiado caótico.
Y si hablamos de consumidores en internet:
En Estados Unidos menos 1 de cada 5 (17%) tiene cuenta en Twitter, y sólo 1 de cada 10 (9%), la mantiene activa. Sólo el 5% de todos los consumidores de este país sigue al menos una marca en esta red social.
De todos estos datos, al menos un 56% sigue a alguna marca y un 27% de estos dejó de seguirla porque era repetitiva, actualizaba con demasiada frecuencia, los comenzó a seguir por algún “gancho” como una oferta de empleo que no volvieron a ofrecer más.
¿Qué representa esto para el marketing actual? De primer instancia un uso bastante malo de la herramienta y un desconocimiento que a mi forma de ver es elemental; Twitter es una plataforma que une a personas con personas, no con entidades abstractas que pretenden seguir el juego vertical en un medio horizontal.
Explicar esto es sencillo. Una agencia de publicidad pretende abrir el departamento de marketing con un becario que “sabe usar Twitter” y esta persona bombardea diariamente con ofertas como si la gente no existiera (posición vertical de la marca, yo arriba tú abajo), como si nadie tuviera necesidad de dialogar o generar interés genuino en el contenido. No se intercala casi nada de valor y esto provoca que al poco tiempo la gente los deje de seguir o los pase de largo en su timeline.
El otro extremo: La marca se asume como un ente social.
La agencia ha descubierto alguien en su equipo que tiene esa habilidad y le han premiado con la administración de la cuenta de Twitter. Al poco tiempo de sentirse un “as” de los 140 caracteres, “fulanita” se pelea con dos “Twitteros” groseros o tiene un manejo inadecuado de alguna promoción, valga la redundancia, marcando a la marca ante un pequeño grupo de consumidores que enardecidos propagan el mal servicio hasta que aparecen en el artículo de algún periódico.
¿Pero entonces sirve Twitter?
Recapitulando 5 años de vida, aparte de funcionarle a la gente para expresar sus actividades del día:
- Sirve mejor para marcas pequeñas que venden servicios, no productos.
- Sirve para instituciones educativas.
- Sirve para saber qué demandan las personas.
¿Y cuáles son sus realidades?
La verdad un poco duras para algunas agencias, Twitter sigue representando un segmento de mercado de elite que puede servir muy bien para productos que llegan a nichos pequeños pero no para marcas que necesitan una retroalimentación masiva.
No va a generar ventas como las de un iPad en pleno lanzamiento ni esos productos dependen de ello. Su naturaleza es volátil y su permanencia depende enteramente de un diálogo, razón por la que en su mayoría le supera Facebook, donde puedes archivar y tienes el home con el resumen de todas las actividades de tus contactos, nada se pierde, tal y como sucede en los blogs.
Al final de toda esta ecuación y muy contra el pronóstico hace 10 años de la desaparición de los blogs, estos son el eje que usa Facebook y Twitter para entrar en contacto con un segmento de sus lectores (no todos).
Los blogs siguen manteniendo ese valioso archivo de artículos (contenido) y contactos, el manejo de una estadística más inmediata e incluso la posibilidad de crear un vínculo más fuerte con sus lectores creando comunidades que de otra manera no tendrían una plataforma de discusión controlada (en el caso de las marcas) y pensada con tiempo (su contenido).
Puede que mucha de esta información parezca obvia, pero ha sido al paso de estos últimos 5 años que día tras día y mes con mes las marcas y las agencias de marketing/publicidad, o no lo han aprendido o han visto la oportunidad de enseñar en algo que no necesitaba cálculos astronómicos para comprobarse, que Twitter, como todos estos medios, es más que humano.