Scarlett Johansson ha acusado a Sam Altman de replicar su voz sin su consentimiento para el lanzamiento de Sky, la voz de su GPT-4 de OpenAI. Aunque Altman intentó obtener su permiso, Johansson rechazó la oferta. OpenAI ha suspendido el uso de la voz tras la presión legal. Este incidente resalta los desafíos de la inteligencia artificial en la era moderna.
Highlights:
- Scarlett Johansson acusa a Sam Altman de replicar su voz sin permiso.
- OpenAI niega las acusaciones pero suspende el uso de la voz tras la presión legal.
- El incidente subraya los desafíos éticos de la inteligencia artificial.
El escándalo que envuelve a Scarlett Johansson y Sam Altman ha capturado la atención de todos. Johansson acusa a Altman de replicar su voz sin su consentimiento, una acción que Altman intentó justificar alegando la necesidad de una voz confiable y carismática para GPT-4, la última versión del modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI.
Contexto del conflicto
Inicialmente, Altman buscó obtener el permiso de Johansson. Le explicó que su voz sería crucial para reducir la desconfianza y acercar a las máquinas y a los humanos, permitiendo que los creativos adopten la tecnología para mejorar sus creaciones. Sin embargo, Johansson rechazó la propuesta. A pesar de esto, Altman continuó con su proyecto.
El lanzamiento de GPT-4
El asunto parecía cerrado hasta que, dos días antes del lanzamiento de GPT-4, Johansson y su equipo recibieron una invitación para renegociar. Antes de que pudieran responder, OpenAI lanzó el demo. Johansson notó la similitud entre su voz y la de Sky, la voz seleccionada para GPT-4. “Cuando escuché el demo, me sorprendí, me enojé y no podía creer que el señor Altman buscara una voz tan parecida a la mía que mis amigos cercanos y los medios no podían notar la diferencia”, dijo Johansson.
Declaraciones de OpenAI
Desde OpenAI afirman que la voz no es de Johansson. Dicen que pertenece a una actriz seleccionada entre 400 voces que participaron en un casting. Los requisitos del casting incluían actores de diversos orígenes o que hablaran varios idiomas, una voz atemporal, accesible y que inspirara confianza, además de ser cálida, atractiva y carismática con un tono rico, natural y fácil de escuchar. A pesar de estas aclaraciones, OpenAI decidió suspender el uso de Sky ante la presión de los abogados de Johansson.
Implicaciones éticas y legales
Este incidente no solo ha puesto en evidencia los desafíos éticos de la inteligencia artificial, sino también las implicaciones legales que pueden surgir cuando la tecnología y la creatividad colisionan. La noción de que somos únicos e irrepetibles se cuestiona cada vez más con la inteligencia artificial. La capacidad de replicar voces y otros aspectos de la identidad humana plantea serios dilemas sobre la propiedad y el consentimiento.
Futuro de la IA y la creatividad
A medida que la tecnología avanza, estos incidentes serán cada vez más frecuentes. La capacidad de las máquinas para replicar aspectos humanos, ya sea una voz, una imagen o incluso comportamientos, plantea preguntas críticas sobre la autenticidad y la originalidad. Los creativos y tecnólogos deberán navegar estos desafíos juntos, estableciendo nuevos estándares y regulaciones para proteger tanto la creatividad humana como los avances tecnológicos.
El conflicto entre Scarlett Johansson y Sam Altman es un claro ejemplo de los desafíos éticos y legales que plantea la inteligencia artificial. A medida que la tecnología avanza, será crucial establecer regulaciones que protejan la identidad y los derechos de las personas en esta nueva era digital.