Toda crisis trae consigo áreas de oportunidad, por lo que es relevante reflexionar sobre lo que pueden hacer las marcas para responder de forma asertiva en el contexto actual del COVID-19.
Sabemos que las empresas están tomando todo tipo decisiones para responder de la mejor forma al momento que vivimos y al mismo tiempo, plantear su postura frente a lo que vendrá: un futuro del que todavía no conocemos detalles, pero que aparentemente se instalará entre el aislamiento total y la normalidad que teníamos antes de la pandemia.
Buscamos compartimos aquí cinco elementos centrales de lo que hemos logrado aprender.
1. La resiliencia como factor fundamental
McKinsey & Company, en su documento The path to the new normal, apunta que las empresas resilientes son capaces de recuperarse rápidamente de los golpes del entorno para mostrar crecimientos aún en entornos complejos, mientras sus competidores pierden.
Según la analista internacional, las características de las compañías resilientes son:
A. Desarrollan la capacidad de reducir costos de forma inteligente
B. Son capaces de repensar sus modelos de negocio e innovar
C. Son capaces de articular planes de sucesión de diferentes niveles, lo que les permite a su vez, promover la disrupción necesaria para la innovación
2. Volver a lo central
En el momento en que se tuvo que responder a una nueva forma de operar, las estructuras de múltiples industrias regresaron a lo fundamental. Esto ha ayudado a demostrar en semanas que si bien han sido dolorosas, han forzado la creatividad, la re-interpretación de las cadenas y procesos de las empresas para la creación de valor.
Volver a lo básico no es necesariamente una mala noticia. Permite reevaluar y repensar las prioridades, formas, necesidades y soluciones que estamos planteando para ofrecer nuestros servicios.
Esta estrategia no necesariamente se mantendrá en el tiempo, pero puede ser un buen punto de quiebre para asegurar la transformación hacia estructuras más ágiles, adaptables e innovadoras.
Según Bain & Company, el reto que enfrentan las compañías cuando encaran este reto tiene que ver con ser capaces de reformular la cultura de su empresa, es decir, sus relaciones con y entre colaboradores, proveedores, mandos medios y ejecutivos de alto nivel. Toda empresa capaz de responder a los contextos a-normales como el que vivimos, habrá sido capaz antes de tomar decisiones en colaboración con las personas indicadas, independientemente de su nivel.
3. La distancia llegó para quedarse
Como quiera que sea llamado el porvenir (Nueva normalidad, No-Normalidad, Normalidad pot-COVID19) lo cierto es que esta pandemia de Covid 19 representa un punto de inflexión en nuestro futuro inmediato, particularmente en tres áreas:
1. El e-commerce. El impacto del coronavirus contribuye a la progresión de los hábitos de compra en línea en prácticamente todas las economías, abarcando por primera vez todos los rangos de edad y prácticamente todos los NSE, desde el D, al tiempo que afianza los hábitos digitales de quienes ya participaban de esa categoría.
2. Tele-medicina. Cada vez más, los servicios médicos trasladarán una parte de sus servicios a ámbitos digitales, lo que posibilitará que más personas se vean beneficiadas de estos servicios, incluso aquellas en poblaciones remotas. Los gobiernos tomarán esa tarea en los monitoreos epidemiológicos.
3. La automatización. Esta tendencia no es algo nuevo, ya ocurría antes del Covid 19. McKinsey Global Institute estimó que de forma global 60% de los trabajos podrían ver aproximadamente 30% de sus tareas automatizadas, lo que hacia 2030, afectaría entre 400 y 800 millones de trabajos.
Esta pandemia nos ha permitido imaginar un mundo en el que el contacto humano se minimiza de forma importante, sin que eso se traduzca en una eliminación.
4. Transitar la incertidumbre
Estamos viendo cómo millones de empleos se pierden, empresas de todos los tamaños enfrentan un reto inmenso para mantener su negocio a flote y el status quo conocido, está siendo desafiado sin consideración.
Para algunos, no podría haber un escenario más desafiante que este y frente a ello, la mayor parte de los consumidores viven un nivel de incertidumbre importante que desafía su estabilidad a diferentes niveles: desde toma de decisiones de compras mayores que puedan representar un alto riesgo de descapitalizarse o adquirir una deuda, hasta el desconocimiento real de lo que se podrá o no hacer de forma segura en los meses por venir.
A pesar de eso, habrá que comenzar a tomar decisiones, quizá con cautela o con ciertas garantías, partiendo de una comprensión de lo que viene o al menos del análisis de las probabilidades. Por eso es que a nivel consumidor, todo lo que las marcas hagan para trasladar esas certezas, análisis o guías, será altamente valorado.
5. Mercados cambiantes
Cambian las estructuras industriales, la percepción y comportamiento del consumidor, el status quo del mercado y la deseabilidad de los sectores. Además, se prevén cambios duraderos en cuanto a las actitudes hacia la distancia física, la salud y la privacidad.
Sin duda eso tendrá repercusiones en prácticamente todas las industrias. Algunos consumidores y gobiernos cambiarán sus formas respecto a cómo se comparten los datos personales. Para los millennials y centennials, la crisis representa la más grande disrupción que han vivido y por ello, tendrá un importante impacto en la forma en que distribuyen su ingreso, ahorran y se cuidan.
Por difícil que sea prever esos cambios, se espera que las empresas encuentren nuevas formas de colaborar, innovar sus modelos de negocio y encontrar otras oportunidades de volverse relevantes frente a los cambios del contexto.