Conseguir empleo puede convertirse en una verdadera odisea para las personas jóvenes que no han trabajado previamente. En muchas ocasiones, las empresas solicitan profesionales capacitados y con varios años de experiencia. Sin embargo, algunos candidatos, como los recién egresados, no cumplen con este requisito, lo que complica sus posibilidades de contratación.
De acuerdo con la encuesta ‘Escasez de Oportunidades Laborales para los Jóvenes’, realizada por la firma Manpower, el 58% de los jóvenes mexicanos considera que la falta de experiencia es el principal obstáculo para entrar al mundo laboral. En el mismo estudio se revela que el 83% de los encuestados consideran que los jóvenes con licenciatura presentan mayores dificultades para ingresar al mercado laboral.
Algunas vacantes de trabajo resultan paradójicas y desembocan en un círculo vicioso. Las empresas solicitan que los jóvenes cuenten con una experiencia mínima, misma que no tienen porque la única forma de cubrir ese requisito es que alguien les dé trabajo.
“Darle la oportunidad a profesionales jóvenes que no tienen experiencia puede tener un efecto positivo en la organización. Estos trabajadores tienen ganas de demostrar su potencial y aprovechar la oportunidad, además pueden aportar ideas nuevas y frescas”, señala Andrea Rojas, Head de People Operations en Runa, plataforma de nómina y gestión de Recursos Humanos.
En este sentido, la contratación de personas sin experiencia puede tener ventajas para las empresas como:
- Productividad. Uno de los grandes beneficios de contratar gente sin experiencia, ya sean jóvenes recién egresados o personas que cambiaron de carrera, es que estos trabajadores buscan comerse el mundo. Estos colaboradores están a la espera de una oportunidad y al momento de encontrarla, dan todo de sí para corresponder a las expectativas. La motivación de estos elementos puede detonar un efecto en cadena y contagiar a los demás miembros del equipo con ese ánimo. Un trabajador motivado y satisfecho también es un trabajador más eficaz.
- Sin malos hábitos. Las personas que no tienen experiencia laboral tampoco tienen malos hábitos laborales. Este factor puede jugar a favor de la organización, ya que los colaboradores pueden adecuarse de mejor manera a sus necesidades. Las personas que tienen muchos años de experiencia, por lo general, tienen definida su manera de trabajar y relacionarse. En contraparte, un joven que encuentra su primera oportunidad está abierto a aprender, capacitarse y adaptarse a las formas de la empresa.
- Aprendizaje. Una de las principales dudas que tienen las organizaciones antes de contratar a una persona sin experiencia tiene que ver con la curva de aprendizaje. A menudo se cree que alguien sin experiencia laboral tardará más en adaptarse a las necesidades del negocio que una persona que ha trabajado por años. Sin embargo, esto no es cierto. Un joven recién egresado que finalmente tiene trabajo pondrá empeño en aprender rápido y poder cubrir el puesto.
- Condiciones salariales. El sueldo de una persona sin experiencia suele ser más bajo que el de una persona con mucha experiencia. En primera instancia, la apuesta puede parecer riesgosa, pero a largo plazo puede ser lo más beneficioso para un negocio. Un trabajador joven puede adaptarse a las necesidades de la organización. Aunque es recomendable elevar su sueldo conforme vaya alcanzando las metas.
Las empresas deben de dejar de concentrarse nada más en la experiencia laboral y expandir sus horizontes. Centrarse exclusivamente en este aspecto es incongruente si se considera la dificultad para cubrir ciertas áreas y puestos, además de la escasez de talentos.
Los colaboradores jóvenes pueden desarrollarse en las organizaciones, enriquecer los procesos y tomar más responsabilidades dependiendo de su crecimiento.