De franelero a hipster, la increíble y conmovedora historia de Josete

Josete, de franelero a hipster

Hoy me encontré con la historia de José Antonio “Josete”, un franelero español de 55 años feliz consigo mismo, pero no con su trabajo de ayudar a estacionar autos.

Desde hace años, Josete ayuda a los conductores en la plaza del Mercat en Mallorca, España y las monedas que obtenía por este trabajo eran sus únicos ingresos. Su vida ha comenzado a mejorar gracias al vídeo titulado ‘El espíritu de la Plaza’ que se viralizó en Facebook.

Antes de caer en situación de calle Josete era electricista: “Todo inicia con una depresión. El estado de ánimo no es el correcto y te echas a la calle”. “Me puse a aparcar coches y me mantengo con esto. Guardo el dinero para cogerme una habitación”, cuenta en el vídeo.

Detrás del vídeo se encuentra Salva García, fotógrafo y peluquero de profesión, quién hace un año y medio ofreció cortarle la melena a cambio de unas fotos del antes y el después.

El vídeo inicia cuando Salva, dueño de la peluquería La Salvajería, le ofrece a Josete si quiere ver el proceso de transformación. El espejo delante de Josete cuenta con unas persianas para la ocasión, pero él decide no ver nada. “Las cerramos para que cuando las volvamos a abrir sea como si realmente se abriera algo más en mi vida.

Al abrir las persianas, Josete no cree que el rostro que ve sea el suyo: “No me reconozco. ¿Yo soy este?”. Casi llora mientras trata de asimilarlo. Con una risa nerviosa comenta: “¡No me va a reconocer nadie!”. Con ropa nueva, lentes de sol, una gran sonrisa y su nuevo look hipster, sale a la calle para ver la reacción sus conocidos, quienes al reconocerlo no lo pueden creer y lo felicitan.

Conciente de que su situación no mejorará solo por un nuevo look, Josete sabe que puede hacer las cosas más cómodas, sabe que la estética es muy importante. El proyecto no se termina aquí. Salva García seguirá esforzándose para que Josete tenga una vida mejor y un trabajo nuevo.

La iniciativa ha rendido frutos su vida empieza a mejorar y ha podido operarse de cataratas, además ahora cuenta con un patrocinador, que prefiere mantenerse en el anonimato, y que cada mes le ayuda a pagar la habitación de un piso compartido.

De esas veces que internet y las redes sociales cobran mucho sentido, y es que si la tecnología no sirve para mejorara la vida de las personas no sirven para maldita la cosa.

Vía La Vanguardia

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