Tendencias tecnológicas: ¿Hacia dónde nos dirigimos y cuánto nos importa?

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Es siempre interesante estudiar la velocidad a la que las innovaciones tecnológicas y digitales transforman nuestro estilo de vida. En un intervalo relativamente corto, son muchos los servicios que han migrado completamente a la esfera digital y muchas las nuevas tendencias que hemos adoptado en los últimos años. Esto es especialmente remarcable en el caso de México, uno de los países que ha gozado de uno de los más rápidos crecimientos tecnológicos y que, de acuerdo al último informe del Foro Económico Mundial, escaló, entre el 2012 y el 2013, once posiciones en lo relativo a desarrollo tecnológico para situarse en el puesto número 63. Es por tanto innegable la rápida evolución que ha sufrido el mundo tecnológico, la pregunta ahora es: ¿hacia dónde nos dirigimos?

Es siempre difícil intentar averiguar cuáles serán las tendencias del futuro, qué herramientas utilizaremos para comunicarnos, qué plataforma usaremos para hacer compras o qué tipo de dispositivos llevaremos día a día, sobre todo en un campo tan impredecible como es el tecnológico. Sin embargo, si se atiende a lo acontecido hasta ahora, puede que sea posible entender cómo reaccionará el usuario a los cambios tecnológicos que se den en el futuro.

Las startups que están encabezando los titulares los últimos días no son quizá las más revolucionarias sino las que mejor identifican lo que el usuario necesita. Es el ejemplo de la recientemente lanzada Lamudi, una startup que ofrece soluciones inmobiliarias utilizando un modelo existente desde hace años pero ejecutado de manera inteligente y en un momento en el que ambos países están receptivos a este tipo de ideas; su éxito ha sido tal que, además de su versión mexicana, la empresa ha decidido lanzar también Lamudi Colombia. Otro tipo de startups que están recibiendo no solo una gran atención mediática sino también una buena acogida son aquellas relacionadas con educación y aprendizaje, como SchoolControl, un punto de encuentro para padres, profesores y alumnos.

A principios de año, la revista TIME predijo que los gigantes tecnológicos (Google, Samsung, Apple…) utilizarían estrategias verticales y se centrarían en intentar definir el futuro de sus compañías por ellos mismos, sin necesidad de recurrir a acuerdos o convergencias con terceros. Lo cierto es que cada una de estas compañías está intentando lanzar su particular next big thing: Google Glass, Apple iWatch y Samsung Galaxy Gear.

Sin embargo, sí que hay algo que parece haber cambiado en lo relativo a estas nuevas tendencias tecnológicas: el interés del usuario. En un mundo en el que el consumidor está más informado que nunca y en el que se lanzan nuevos dispositivos tecnológicos cada semana, el usuario parece estar volviéndose inmune al factor “novedad” y la antigua máxima de crear nuevas necesidades en el consumidor quizá no funcione de la misma manera que lo hacía antes; y es que, aunque los intenten vender de otra manera, lo cierto es que estos nuevos artilugios ofrecen pocas mejoras en la vida diaria del usuario.

Si estos productos finalmente fracasan, quizá sea un buen momento para pensar más en términos de ejecución que en innovación y en proyectos que verdaderamente mejoren la vida del usuario en vez de crearle nuevas necesidades. Si algo hemos aprendido en los últimos años es que el mundo digital es de todo menos predecible, pero quizá podemos aventurarnos a declarar este como el inicio de un periodo determinado por un usuario menos impresionable por los destellos del mundo tecnológico y más exigente en términos de funcionalidad.

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