Este artículo se publicó originalmente en la sección Voy derecho y no me quito del periódico el Nuevo Mexicano, medio en el que colaboramos semanalmente con artículos de opinión relativos a Internet, el diseño y Social Media.
Las redes de computadoras, Internet, la web han pulverizado los conceptos de tiempo y espacio. Nos han echado encima las angustias y devenires de todos los demás de manera continua y casi instantánea. Han reconfigurado el modo en que nos comunicamos con los demás. Hoy en día el significado de calles, colonias y pueblos ya no es el mismo. El concepto de vecindario ha caducado.
La tecnología nos restriegan en la cara que la conversación debe ser global. Pareciera que el mensaje implícito es que el cambio y la renovación deben ser absolutos. El concepto de vecindario ha caducado. Hablar de “nuestros” sistemas sociales, económicos, deportivos, sociales, políticos y económicos ha pasado de moda. Lo que suceda en cualquier ámbito en cualquier parte del mundo nos afecta de manera inmediata. ¿Acaso usted lo duda? Apuesto que acaba de consultar su smartphone y se enteró de un incendio en Izcalli, que cayó la bolsa de valores en Europa o que tembló en algún lugar del mundo, o simplemente revisó su perfil en la red social de su preferencia.
Las estructuras anacrónicas ya no funcionan más, los viejos sistemas estatistas ya no son efectivos. Sin buscarlo, nuestra generación es protagonista de una revolución que provoca desazón. Pero no se angustie; virtualidad, ubicuidad y globalidad son pilares de la nueva sociedad.
Usted no puede ni refugiarse en casa. Ahora el hogar puede ser cualquier espacio con señal de Internet.
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