Desde el profesional independiente hasta las grandes corporaciones, pasan por el mismo proceso. Convencer al cliente de que le darás el mejor servicio o producto por el cual te están buscando. Tal como sucede en las historias de amor, la primera impresión cuenta mucho.
Melinda Emerson, autora, conferencista y coach para pequeñas empresas expresó que la comunicación efectiva y directa es la que nos permite esa primera impresión positiva. Piensa que los materiales colaterales y publicitarios son la cara para quien apenas va a conocerte.
Al respecto, Emerson dijo que “de la misma manera en que cualquier cliente tendría reservas a la hora de comer en un restaurante sucio, o lo pensaría dos veces antes de comprar un producto caro de una tienda polvorosa y desordenada, o dudaría en comprar en línea de un sitio con mala información de entrega, tu material impreso y digital debe ayudar a convencer a un prospecto que lo que vendes realmente les resolverá su problema”.
Así que la pregunta se formula de inmediato: ¿cómo saber si mi imagen es la adecuada? Al respecto, la conferencista nos dio varios consejos.
- Asegurar una apariencia sumamente profesional y que esté bien iluminada. Al cliente le gusta ver que llegó al lugar indicado y la premisa de tu presentación debe ser un reflejo de esa percepción.
- Presta atención a la organización y presentación del lugar donde recibes a los clientes. Del mismo modo, coloca a la vista lo más destacado de tu trayectoria profesional o producto más importante.
- La versión corta de tu perfil profesional es tu tarjeta de presentación. No desestimes en usar tarjetas a color, folletos bien redactados y con imágenes acordes a ese resumen corto.
- De percibir que hay interés, utiliza material complementario que termine por convencer a tus prospectos.
- Establece fechas y plazos para ofertas especiales.
- Proporciona varios mecanismos de contacto: correo, teléfonos, sitios sociales o páginas de Internet, así como boletines o bien, métodos de suscripción.