¿Son las redes sociales determinantes en el resultado de una elección?

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Fuente:http://adventures.do/blog/2011/09/27/redes-sociales-y-politica/

Ésta  es una de las preguntas fundamentales que hoy en día encandilan las discusiones entre aquellos que gustan de la tecnología y la política. La respuesta para muchos es clara y evidente, atisban sin reparo un sí o un no de acuerdo a su visión de lo que son las redes sociales, sus usuarios y dinámicas.

 

En estas discusiones en las que me he encontrado en más de una ocasión he escuchado argumentos a favor y en contra de la influencia de las redes y su importancia. El discurso más tradicional entre los que tienen un vínculo fuerte con la tecnología es que las redes influyen de manera importante sobre la Opinión Pública aunque no lo ven como sinónimo de votar por “x” o “y” candidato el día de la elección.

 

En este sentido, me gustaría subrayar que he observado que pensar en redes sociales implica hacerlo desde la sociedad en la que nos encontremos. ¿Qué quiero decir con esto? A que la mayoría de nuestros juicios en torno al tema tienen que ver con las condiciones técnicas particulares de nuestra sociedad y no con el carácter político o participativo de las personas. Para ser un poco más claros con lo que pretendo decir: el argumento que más he escuchado para limitar la influencia y alcance de las redes sociales es que en México sólo el 33% (véase el perfil del joven internauta mexicano)  de la población tiene acceso a las redes, lo que afirman, las hace poco determinantes ya que representan tan solo una minoría casi con un dejo de insignificancia.

 

Ahora bien, siguiendo la premisa de la penetración de internet pregunto: ¿En Egipto con una de tan solo 26% habría sido posible derrocar a un dictador? Hace uno años cualquiera me hubiera dicho que no sin chistar, hoy en día tras la evidencia, nos queda claro que si ese 26% fue capaz de tener tal logro político, un 33% en nuestro país podría, al menos en teoría ser capaz quizá no de conjurar una revolución, pero sí inclinar la balanza a favor de uno u otro proyecto político. El asunto es que, como en México no se ha visto todavía un triunfo social de tal envergadura el escepticismo sobre el influjo real de las redes inunda nuestras más optimistas perspectivas.

 

Este escepticismo permea en todos los ámbitos, y no solo en muchos ciudadanos, sino en aquellos coordinadores de campaña que en su mayoría hoy en día prefieren invertir miles de pesos en tapizar la ciudad con propagandas sin fondo y destinan a la estrategia de redes un par de personas que lleven las cuentas del candidato o asunto en cuestión y ahí concluye todo.

 

Es importante señalar que una de las características fundamentales, y aunque es obvia, parece que la mayoría de las personas que hacen activismo en ellas lo olvidan: las Redes Sociales no son la vía pública, ni un puente peatonal en el periférico donde uno coloca un mensaje y espera cambiar con él la percepción que se tiene de uno. Colocar Trending Topics en Twitter como #HoyganaJosefina o #primeroPeña (por mencionar solo dos ejemplos recientes) solo demuestra al parecer, que los encargados de coordinar la campañas creen que posicionando por unas horas un TT con tan poco contenido y apropiación de la gente pueden cambiar las preferencias en un sentido u otro. Entre esta estrategia y tapizar una calle no hay diferencia alguna, salvo por fortuna, menos basura y contaminación en general.

 

Las redes sociales tienen características que las hacen únicas, quizá la más importante es brindar la posibilidad de acercarse a públicos y audiencias que antes era muy complicado o costoso llegar. Hoy en día a través de Twitter y Facebook conocer a esos potenciales votantes es mucho más fácil y sobre todo efectivo. La posibilidad real que dan estas redes es “enganchar” personas a ideas o proyectos. Sin embargo, engancharlas o vincularlas requiere una estrategia con compromiso y sobre todo con la intención de crear lazos verdaderos que perduren en el tiempo. Por esta razón es que las redes sociales no son lugar para la publicidad ordinaria, o al menos no si se quieren resultados efectivos. En una entrada anterior en la que hablaba sobre el potencial real que tienen es la redes lo decía en serio, pero no como actualmente se dan, es decir a partir de la discusión de asuntos de coyuntura como el tan mencionado y hablado tema de los 3 libros de Enrique Peña.

 

Si estos temas tienen una mayor penetración no es porque estén guiadas ni encausadas, sino porque se trata de figuras públicas con un nivel de conocimiento popular muy alto, lo cual ayuda a la amplificación natural del tema; aunque igualmente, si bien pueden tener un impacto en el corto plazo, entran en la dinámica natural de estas redes y en poco tiempo son suplidos por otros nuevos. En resumen, estos elementos no son cruciales para decir una elección en la medida que no están orientados ni dirigidos de manera consciente ni intencionada.

 

Si las redes sociales tienen el potencial de cambiar el rumbo de una elección,  solo puede ser a través de un camino claro y consciente y no a través de acciones coyunturales que igual pueden ir en un sentido o en otro. Elaborar estas estrategias es labor de quien quiera influir en el destino de los resultados, ya sean los partidos políticos, los candidatos, las organizaciones civiles o por qué no, la ciudadanía. Verlo así es el primer paso para tomar con la seriedad requerida estos elementos, quien no lo asuma, por principio no puede aspirar a explotar el potencial de estas redes.

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