Hace aproximadamente 4 años que no me tomaba vacaciones, así que he decidido que este diciembre es una buena ocasión para coger las maletas y marcharme.
El itinerario es el siguiente: Los Cabos, La Paz, cruzar el golfo de California en Ferry hacia Mazatlán y de ahí un viaje por la sierra para llegar a Durango, que es mi estado natal y el cual no visito desde hace 17 años. No llevo un plan predeterminado ni cuanto permaneceré en cada lugar, lo único claro es que la noche de navidad la pasare con mi familia de Durango y que el día 26 o 27 a más tardar debo estar de regreso en la Ciudad de México.
La peculiaridad de este viaje intempestivo es que no me gustan viajar, soy una persona más bien sedentaria, me cuesta trabajo moverme, pero eso sí, una vez rota la inercia, por lo general disfruto de la travesía. Además nunca he viajado solo, casi siempre voy con algún acompañante.
Aprovechare el tiempo para reflexionar sobre mi vida y poner en orden las ideas, también para recapitular sobre lo que el año me deja y lo que se avecina. La mayoría de mis lectores no lo saben pero este año ha sido crucial en mi vida y estoy pasando por una serie de situaciones trascendentales que sin duda definirán el rumbo que he de seguir.
Así que este periplo será de mucha ayuda en esta tarea y he decidido comenzar a hacer las cosas como nunca las había hecho, de manera espontánea y sin mucha planificación. Para empezar el viernes me hice un corte de pelo bastante extraño (al menos para mí), a navaja e irregular, así no necesito peinarme, salvo pasarme los dedos por el cabello y alborotarlo… ¡Ah! y se me olvidaba, también me teñí unas discretas, luces, rayos, reflejos, o como se diga…
En fin, me marcho por una semana completa pero por aquí habrá gente actualizando el blog.
Actualización
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Esta nota debió haber salido ayer, así que ¡¡¡ya estoy en los Cabos!!!