¿Recuerdan la polémica campaña anti pederasta de la PFP que en días pasados comentábamos por aquí? Pues bien, al parecer no somos los únicos que nos mostrábamos extrañados e incrédulos ante la intencionalidad y la eficacia de la dichosa campaña. Alertado por un comentario a la nota que publique antes, me entero que la polémica ha trascendido y que existen diferentes posturas sobre los efectos de la campaña implementada por Ogilvy.
Si revisamos los comentarios escritos en la nota, veremos que ahí mismo se confrontaron diferentes posturas, algunos diciendo que estaba bien que era cruda pero que era necesario otros se mostraban totalmente en desacuerdo porque era insensible y hueca. Como sea, varias organizaciones que velan por los derechos de la infancia y de derechos humanos han presentado denuncias para que la campaña sea retirada por atentar contra el sector más desfavorecido que en este caso son los niños.
A su vez, han saltado asuntos que yo mismo preguntaba en mi comentario previo, relacionado con la reacción de los padres e las niñas usadas en los polémicos cárteles. Marcela Turati, responsable de Ogilvy and Mathers, menciona que compraron un stock de imágenes desconocen la identidad de las personas que se muestran en ellas e incluso tal vez la del fotógrafo:
“En entrevista telefónica dijo desconocer si la niña que representa a una actriz porno es mexicana o va a la escuela, ya que rentaron las fotos a un banco de datos, que debió avisar “al fotógrafo o a quien corresponde” en qué tipo de comercial se usaría ese material. Señaló que podría ser una foto vieja.”
Por lo que la empresa puede verse envuelta en un verdadero lío jurídico por los derechos de publicación.
Más sobre el asunto pueden encontrarlo en el artículo “Polémica campaña. Reprueban el uso de imágenes de niños” que apareció el día de hoy en el Nuevo Excelsior y es firmado por Karina