Estoy ahora en el trabajo, después de dos semanas de intenso trajín. Debo dar las gracias a mi jefa que me ha a poyado de manera notable en estos días tan complicados. De hecho me había comentado que tomara una semana más para estar con mi familia, pero yo creo que no es tiempo de tirarse al dolor ya a la apatía. A pesar de que en estos momentos nada tiene sentido y uno quisiera que el mundo se parara, eso no es posible. Aunque suene a lugar común, la vida sigue inexorable y los hijos de mi hermano nos necesitan enteros y ecuánimes.
Así que vamos a tratar de retomar el ritmo habitual de trabajo y del mismo blog.
PD
Un abrazo y un beso a todos ustedes, que estuvieron al pendiente. Hoy más que nunca les puedo decir: Les quiero! y muchísimas gracias por estar ahí…