Anoche leía a Earful un interesate análisis sobre Mint, el nuevo y pomposo software de estadísticas de Shaun Inman. La mayoría se lanzaron a comprarlo porque una panda de blogs de renombre con acceso a betas privadas hablaban maravillas del producto. Que por cierto, tiene un excelente diseño, pero vamos, que una aplicación no es solo la apariencia. Para Joaquín, Inman a logrado vender menos por más y encima tiene a la gente facinada.
No me voy a enrollar con cuestiones técnicas que desconozco, solo citare un pequeño fragmento de Earful que lo cuenta muy claro:
“Decía antes que ha puesto a la venta (con gran éxito) un producto limitado, en lo que al Javascript se refiere, y a medio terminar. En lugar de crear un producto lo suficientemente completo para lanzar una versión 1.0, la decisión es sacar un núcleo mínimo (Mint) y un API para crear plugins (Pepper). Curiosamente, ese API ni siquiera está documentado. ¿Qué se consigue con esto? Que sean los propios usuarios los que vayan haciendo el trabajo de ir terminándote la herramienta. Ventajas adicionales: al saborcillo molón que deja el Ajax y el diseño cuidado (mucho), se le puede unir ese toque picante que da la Web 2.0 (aún intento encontrar una explicación concreta de qué es eso exactamente).”
De cualquier forma hay que leerse la entrada completa, que es muy interesante.